El 'crooner' más castizo
Josele Santiago cree que "cuando alguien va por libre, la envidia se disfraza de compasión". Su último disco, Lecciones de vértigo, alude a una cita que Roberto Bolaño dedicó a sus hijas: "Gracias por las lecciones de vértigo recibidas". La portada está ilustrada por dos botas con los cordones desatados porque es en la distancia entre el suelo y la cabeza donde se condensa la personalidad y la sutil diferencia entre permanecer sujeto a la tierra o vivir en el aire.
En este doble terreno, el exlíder de Los Enemigos ha construido un disco lírico y de un acústico muy cuidado. Su primer tema, Hagan juego, maneja lo etéreo como una opción más de vida y recurre a una cabriola lingüística como "puede que no sea volar no tenerle apego al suelo" para iniciar este trayecto repleto de viajes cortos. Ejercita su talento en canciones como El lobo, en la que rechaza el ruido que generan las personas que se desmarcan de la corriente principal, o Han ganado nosotros, un canto sosegado al optimismo.
Josele Santiago sabe jugar sus cartas después de cuatro discos en solitario. Se mueve de lo cotidiano a lo ancestral y de lo local a lo universal. Aquí vuelve a demostrar su versatilidad. En ocasiones uno se pregunta dónde queda esa voz rasgada del rock más urbano de Malasaña. En otras, cómo ha sido capaz de modular su ritmo y construir una banda que podría marcar su impronta en cualquier escenario alejado del mundo.
Josele no se presta al grillete del momento. A pesar de haber cambiado el centro de Madrid por la sobriedad apartada de Castelldefels o de rodarse por festivales recordando temas de su carrera enemiga, su estilo irónico e imaginativo no se compone por rincones. Sus canciones le definen como un crooner castizo sin fisuras y responden por sí solas. El próximo sábado 11 actuará en la sala Wah Wah a las 22 horas.
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