Duelo al sol (antártico)
"¿Hablas conmigo?, ¿me lo dices a mí?, ¿eh, dime, es a mí?", parece gritar este pingüino papúa (Pygosceles papua) con aires de Robert De Niro en Taxi Driver. Frente a él, en ese peculiar duelo al sol antártico, posa amenazador un skua pardo (Catharacta antarctica lonnbergi), una especie de págalo (aves emparentadas con las gaviotas) que es el terror de las pingüineras. Se trata de un depredador oportunista y carroñero que se alimenta principalmente de huevos y pichones de pingüinos, pequeñas gaviotas y cadáveres y placentas de focas. Ocasionalmente cleptoparásito, acosa a gaviotas, charranes y otras aves marinas para quitarles sus presas. Los ejemplares más grandes a menudo matan y se alimentan de pingüinos adultos. La foto fue tomada hace días en Hannah Point (Isla Livingston), uno de los lugares de mayor diversidad faunística de la Antártida. Se realizó durante un crucero de 10 días por la península Antártica que parte de Ushuaia (Argentina) en un barco de la naviera noruega Hurtigruten (precio a partir de 4.564 euros). "Al final, el pingüino salió por patas, y ahí quedó la cosa", dice el fotógrafo.
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