"Tendría que pasar algo para que no ganemos"

Optimismo contenido, pero convencimiento en la victoria de Carme Chacón. Ese es el ánimo con el que acuden al congreso de Sevilla los 101 delegados del PSC, que en su práctica totalidad votarán a la exministra de Defensa. "Tendría que pasar algo muy gordo para que no ganemos este congreso", dijo ayer a EL PAÍS un dirigente de los socialistas catalanes para resumir ese estado de ánimo

Y es que para el PSC, partido en el que milita Chacón, la victoria de la exministra frente a Alfredo Pérez Rubalcaba se viviría como un triunfo propio, pese a la neutralidad aparente que ha mantenido la dirección durante el proceso precongresual. En estas semanas, la dirección del PSC ha optado por escenificar esa equidistancia, al punto de organizar en su sede de Barcelona una reunión por separado de cada uno de los candidatos a liderar el PSOE con todos los delegados, algo que no ha ocurrido en ninguna otra federación.

Ningún dirigente de los socialistas catalanes ha mostrado públicamente su apoyo a Chacón al entender que podría perjudicarla si apareciese como la candidata catalana que solo representa una parte de la familia socialista española. Ha habido, eso sí, declaraciones que transpiraban ese apoyo, empezando por el primer secretario del PSC, Pere Navarro, pero nunca un posicionamiento explícito.

Lo mismo ha ocurrido con José Montilla y Celestino Corbacho, que compartieron mesa en el Consejo de Ministros con Chacón y Rubalcaba. Tanto el expresidente de la Generalitat como el exministro de Trabajo e Inmigración, que acuden al congreso como delegados, apoyan sin reparos a Carme Chacón, a la que conocen desde que se iniciara en la política en 1999 como concejal en el Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat (Barcelona) pero también se han guardado de hacerlo público.

En esta estrategia de discreción precongresual el PSC se ha olvidado de marcar perfil propio con el PSOE y ha obviado que no es una federación socialista más, sino que se trata de partidos hermanos. Las enmiendas del socialismo catalán al congreso han sido de perfil muy bajo, insistiendo en el carácter federal del PSOE y poca cosa más.

El PSC incluso ha hecho oídos sordos a las duras proclamas de Chacón en contra del pacto fiscal que propone CiU y ha capeado como ha podido la situación, que se acostumbra a utilizar por una parte de la militancia socialista española para acusar al PSC de seguidismo nacionalista.

En un primer momento, la dirección de los socialistas catalanes avaló a Chacón en bloque cuando recogió avales y, posteriormente, en la elección de los delegados, minimizó al sector más catalanista para evitar un castigo a la exministra, a la que reprochan su españolismo y subordinación al PSOE.