Navarro abrillanta al Barça

No fue tan fácil para el Barça como dio a entender el contundente 94-80. Tuvo que sobreponerse a un Zalgiris que respondió al estereotipo lituano: primacía del talento; buena lectura del juego, especialmente en su vertiente ofensiva, y una sorprendente capacidad para cambiar el ritmo. Eso y dos jugadores de calidad -un pívot a veces tosco e inconstante, pero a veces resolutivo, Javtokas, exvalencianista, y un alero muy escurridizo, Weems, ex de los Raptors de Toronto- dieron no pocos quebraderos de cabeza al Barça, que los resolvió gracias a la consistencia de Lorbek y las irrupciones de Navarro, desequilibrantes, reconstituyentes y contagiosas.

Mediado el partido, Xavi Pascual constató un grave problema. Demasiados jugadores no daban pie con bola. Sada no logró avivar el ritmo cuando relevó a Marcelinho, Mickeal no pudo frenar a Weems ni tampoco anotar, Perovic tampoco pudo con Javtokas y Ndong fue visto y no visto.

A los que llevaban el peso les costó marcar diferencias. Lo consiguieron al principio (28-18) tras un triple de Navarro. El capitán continúa el proceso para recuperar su mejor forma tras su fascitis plantar y no fue titular. Llámese dependencia o necesidad, su importancia quedó expuesta en el tercer cuarto. Tiró del equipo con su gran capacidad para desequilibrar la defensa más indescifrable.

Cuando mejor les iba a los de Pascual, el Zalgiris revolucionó el pulso y, con un 1-13, tomó la delantera y llegó a dominar por cinco puntos (36-41). Se defendió de forma espléndida y atacó con inteligencia. Obtuvo ventajas a base de rapidez en la circulación del balón. Javtokas se explayó con comodidad cerca del aro y Weems encontró espacios para exhibir su poder resolutivo. El Zalgiris fue más agresivo en la defensa y cometió muchas más faltas.

Pero el Barça cerró la hemorragia. Escarbó cerca del aro, lo cual le permitió sumar 12 puntos más que el Zalgiris desde la línea de tiros libres, y forzó muchos errores del rival en la circulación del balón. Una vez destrabado el juego, superado el susto, logró rendir en bloque y desprendió chispas de brillantez para certificar una tercera victoria que, mediado el Top 16, le acerca a los cuartos de final.