Los Kennedy piden guerra
La polémica serie que intentó vetar el poderoso clan estadounidense llega a CosmopolitanTV - Greg Kinnear y Katie Holmes dan vida a John y Jackie
Una serie rodeada de controversia puede ser un gran instrumento cuando se trata de vender algo. Pero en ocasiones, cuando esta surge de forma involuntaria, los resultados pueden ser terroríficos. Vale la pena recordarlo al hablar de Los Kennedy, la miniserie que mañana (21.58) estrena CosmopolitanTV (dial 18 de Canal +), y que en Estados Unidos fue la -involuntaria- protagonista de un temporal que solo amainó cuando sus propios promotores renunciaron a ponerla en antena. Para conocer todos los detalles hay que rebobinar hasta 2010 cuando el History Channel aceptó la propuesta de Joel Surnow (productor de 24, y conocido en Hollywood por ser un vehemente conservador) para llevar a la pequeña pantalla la historia de una de las familias más célebres de todos los tiempos: los Kennedy.
El reparto elegido y el proyecto, dividido en ocho episodios, no podía tener mejor aspecto pero había un problema y su apellido era Surnow. La familia Kennedy es conocida por vetar sistemáticamente cualquier intento de abordar la historia de sus miembros que no encaje en los rigurosos protocolos que ellos consideran "justos". El hecho de que el responsable del asunto fuera un conocido seguidor del Partido Republicano no ayudó a que los poderosos integrantes del clan vieran en el mismo algo atractivo.
Hay que añadir que el canal de Historia formaba parte de un conglomerado empresarial que incluye una editorial con planes para lanzar un libro de entrevistas inéditas con la viuda de Kennedy. Este pequeño detalle, y otros menos pequeños, inclinó la balanza hacía donde puede imaginarse: la miniserie fue atrasada sine die.
Primero debía estrenarse a finales de 2010, después en enero, pero el canal de Historia no acababa de decidirse. Finalmente, los responsables de la cadena comunicaron a Surnow que no pensaban emitir la serie, ni en aquel momento ni en ningún otro. Así fue como aquel proyecto, que hasta entonces había pasado desapercibido, saltó a las páginas de medios de comunicación en todo el mundo. De repente todos se preguntaban que había pasado con aquella serie para que la hubieran liquidado sin más.
En realidad los más observadores ya habían leído los artículos de Dave Itzkoff en el New York Times cargando contra el proyecto como un ariete enloquecido. Lo mismo hacía el documentalista estadounidense Robert Greenwald, que llegó a crear su propia página web contra la serie (www.stopkennedysmears) y que reunió a 50.000 seguidores bajo sus alas para convencer al canal de Historia de que aquello no debía ir a ninguna parte. Todo ello (más la presión por parte de la familia Kennedy y sus allegados, incluyendo abogados y ejecutivos varios) fue lo que provocó la inevitable caída de Los Kennedy.
Finalmente, fue Reelz, un canal estadounidense relativamente pequeño, el que estrenó la serie el pasado marzo con récord de audiencia. La crítica fue menos generosa y (casi) todos coincidieron en la falta de solidez de la narración, el deficiente desarrollo de sus personajes y la superficialidad de la trama. En cambio, destacaron el inmenso trabajo de Tom Wilkinson y Greg Kinnear, la brillantez del diseño de producción y las notables caracterizaciones del reparto.
Ahora llega la oportunidad de que sea el público español, muy alejado de las triquiñuelas sociopolíticas que convirtieron una simple serie en un hervidero mediático, el que juzgue si la historia de la saga política merece la pena en base a sus méritos artísticos o si el Canal de Historia acertó al rechazarla.
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