_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Consumidores

Recientemente sindicatos, asociaciones de comerciantes y de consumidores han convocado una manifestación en Bilbao para mostrar su rechazo a la libertad de horarios comerciales. Se puede entender la postura de los dos primeros colectivos: defienden sus intereses económicos, aunque sea a costa de la libertad de los demás. Lo que no se entiende es qué hace una asociación de consumidores sumándose al entuerto: es asombroso que apoye la limitación de los derechos de esos consumidores a los que dice defender.

No se sabe qué intereses hay detrás, quién adopta esas decisiones, qué categoría de consumidores elige a los representantes de los consumidores. Cuando la asociación apoya públicamente la limitación de apertura de comercios se opone al interés, a los derechos y a la conducta de centenares de miles de personas que compran en grandes superficies, tiendas de amplios horarios o en esos formidables comercios que rigen laboriosos orientales. Y cuando airean el argumento de que la sociedad "ni demanda ni necesita" que se abra en festivos será que cuentan con poderes sobrenaturales, porque sus encuestas, con porcentajes estalinistas de adhesión (casi un 100%), no son creíbles en una sociedad alfabetizada. Por cierto, no se ha oído protestar a la asociación de consumidores por las coacciones e insultos que han sufrido muchas personas al ir de compras en domingo y encontrarse con una tropa vociferante que los insultaba y coaccionaba sólo por ejercer un derecho reconocido en la ley.

Es curioso: si se tiene clara la mayoría social en contra de la libertad horaria, ¿por qué se pide la prohibición? Qué mejor que permitir la apertura para que sus defensores queden en evidencia. Por desgracia, los druidas de la cosa desconfían de nuestra conducta, y eso que, según dicen, les apoyamos casi el 100%. Convendría además que los medios de comunicación cuidaran la redacción informativa al abordar estos conflictos: que determinada oficina esté en contra de la libertad horaria no significa que "los consumidores" también lo estén. El mundo está lleno de personas que hacen compras al margen de lo que diga la asociación que jura representarlas. Quieren hacerlo, pueden hacerlo, deben hacerlo, sin que nadie les amenace, les insulte o les abuchee.

La democracia contemporánea está amenazada por una constelación de grupos de presión que detentan, mediatizan, retuercen, manipulan y falsifican la voluntad de los ciudadanos, y lo hacen sin que estos los conozcan, ni los elijan, ni los quieran elegir o conocer. En esto los políticos, con todos sus defectos, mantienen una legitimidad radical. Los políticos se someten al escrutinio público, en los medios y en las urnas. Son criticados, cuestionados, censurados, a veces vapuleados. A los políticos, sí, los elegimos. A esos otros no. Por eso en democracia, mal que les pese, se representan a sí mismos. A nadie más.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_