Ramos se agranda
El segundo capitán del Madrid, el que más balones recupera y más pases da, con Alonso, se crece ante sus nuevas responsabilidades
Hay líderes introvertidos y conciliadores, como Casillas, y los hay intervencionistas, intransigentes e impulsivos, incapaces de dejar de hacer lo que sienten en cada momento. El segundo caso es el de Sergio Ramos, llamado el lunes al despacho de Florentino Pérez, en ACS, en calidad de embajador plenipotenciario de la plantilla del Madrid para resolver una inesperada crisis interna. Las relaciones cada vez más deterioradas entre los jugadores y el entrenador, José Mourinho, son el asunto que ahora le ocupa, junto al presidente, como si acudir al Camp Nou a tratar de remontar la eliminatoria de Copa (1-2 en la ida) no fuese suficiente.
Desde que fichó por el Madrid, con 19 años, Ramos, nacido en una barriada de Camas, un pueblo de Sevilla, acarició la idea de comandar al equipo como lo hacía Hierro. Quería abrir la cancha por la mitad para que se le oyera bien desde todos los rincones. "Yo lo tengo clarísimo", decía, cansado de jugar de lateral, en la época de Manuel Pellegrini; "el curso que viene no volveré a jugar de lateral".
"Es un hombre", le define un compañero. No acepta chantajes ni negocia principios
El presidente le tiene un afecto especial por haberle fichado en su primera etapa
Ramos sabía que tenía un don para el liderazgo. Estaba seguro de que lo único que necesitaba era que lo pusieran en situación de gobernar al equipo para que su talento se desplegase de forma natural. Necesitaba sentirse responsable para crecerse y esperaba el momento con ansia. Por eso tuvo que contener la rabia cuando, en la cuarta jornada liguera, Mourinho le mandó al banquillo inesperadamente para situar a Arbeloa en el lateral y a Varane en el eje de la defensa.
Fue en Santander, en uno de los partidos más frustrantes que disputó el Madrid esta temporada: 0-0 contra el Racing. Lo que sucedió al acabar es recordado por los jugadores como un punto de inflexión en sus relaciones con el técnico. Algunos recuerdan a Ramos llamando a Mourinho por el vestuario mientras el portugués intentaba evitar el enfrentamiento: "¡Si usted me pone de central, no se va a arrepentir! ¡Yo me voy a dejar la piel! ¡Y usted lo sabe!".
Fue central contra el Rayo Vallecano en la siguiente jornada y desde entonces se ha reafirmado en el puesto. Día a día, se encamina a convertirse en un central de referencia en el fútbol mundial. Sus datos estadísticos le retratan como un futbolista imprescindible. Es el primer pilar de la defensa madridista y el cómplice que precisaba Xabi Alonso en la salida del balón. Ramos es el tercer jugador de la Liga que más pelotas recupera (222), por detrás de Spahic (229) y Chico (235). Spahic y Chico juegan respectivamente en el Sevilla y el Mallorca y se pasan más tiempo defendiendo que otros zagueros del campeonato.
Que Ramos, titular del equipo líder del torneo, se aproxime a sus promedios revela un talento extraordinario para la anticipación. Pepe, su pareja en la cobertura y uno de los mejores marcadores que existen, ha recuperado 161 balones esta temporada, 61 menos que él.
En el aspecto creativo, Ramos hace una contribución esencial cuando los rivales tapan la salida de Alonso. Es el futbolista del Madrid que más pases buenos da (1.097), solo por detrás del vasco (1.382). Le ayuda su capacidad para sumarse al centro del campo como un volante más. Por sentido del toque y por criterio.
Un compañero le define en tres palabras: "Es un hombre". Esto significa que no acepta chantajes, que no negocia sus principios y que, en general, hace lo que cree que debe hacer por más presión que haya en el vestuario. En 2010, tras el 5-0 en el Camp Nou ante el Barça, cuando había hecho rodar a Puyol de un empujón en una trifulca, tomó la iniciativa de celebrar una conferencia de prensa para pedir perdón por lo sucedido a su compañero en la selección española. Ese acto le valió una dura reprimenda de Mourinho, que desde entonces ha prohibido que los futbolistas hagan este tipo de apariciones públicas.
Ramos, como decía Jorge Valdano, "es hombre de Florentino". El presidente le tiene un afecto especial porque es el único futbolista fichado por él que permanece en la plantilla desde su primera época en el club. Quizás por eso ahora le considere su interlocutor favorito en la resolución de los conflictos que amenazan con hundir a Mourinho y al equipo en medio de la tormenta de los cuartos de final de la Copa.
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