Guindos promete a la UE una austeridad "superior a la del anterior Gobierno"

Bruselas pide más. El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, llevó ayer a los mandatarios comunitarios un mensaje de un "compromiso absoluto" de España con la austeridad presupuestaria. El titular de Economía manifestó a la llegada a su primera reunión del Eurogrupo que traía "el compromiso absolutamente ineludible de España con la austeridad presupuestaria, un compromiso muy superior al que tenían anteriores Administraciones". Pero Bruselas quiere medidas adicionales: España tiene que acelerar la aprobación de la enésima reforma laboral, y sobre todo aprobar cuanto antes los Presupuestos de 2012.

La Unión "respalda los esfuerzos del Gobierno para evitar desviaciones en el déficit", dijo el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker. Aunque para ello "el Gobierno debe establecer un control más estricto de los Gobiernos regionales", dijo. La UE tercia así en el tira y afloja entre Guindos y el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, más laxo con los Gobiernos autonómicos y menos favorable a aplicar medidas de control previo de los presupuestos autonómicos.

Bruselas espera que esta semana se cierre un acuerdo con Atenas

Guindos precisó que "en estos momentos el Gobierno de España no contempla retrasar un año el objetivo de déficit" fijado por Bruselas para 2012, (4,4%), como había sugerido Montoro. El comisario Olli Rehn explicó que, tras cerrar 2011 con un déficit en torno al 8% del PIB (frente al compromiso del 6%), España "debe restaurar la confianza con medidas importantes". El titular de Economía subrayó que el compromiso sobre la austeridad se "complementa con otro planteamiento adicional, que son las reformas económicas y el crecimiento económico".

Junto con España, Italia y sobre todo Grecia fueron los debates clave del Eurogrupo, en una reunión en la que los titulares de Finanzas prosiguieron con las negociaciones sobre el pacto fiscal y los cortafuegos financieros para los países con problemas. Los ministros de los 17 países del euro dedicaron la primera parte de la reunión a analizar la delicada situación de Grecia ante la falta de acuerdo entre las autoridades griegas con las instituciones internacionales y los bancos.

Las negociaciones tratan de llevar a la práctica el acuerdo acordado por los responsables europeos y los de la banca. Según el principio de acuerdo, los bancos se comprometieron a asumir unas pérdidas de unos 100.000 millones de euros, lo que suponía, una pérdida del 50% de su inversión de manera "voluntaria", es decir, renunciando a cobro de los seguros que había suscrito para cubrir sus inversiones. La operación pretende rebajar la tasa de deuda pública griega desde el 160% del PIB al 120% en 2020.

Las negociaciones se han atascado a la hora de fijar el tipo de interés de los nuevos bonos a 30 años que ofrecerá el Gobierno griego para canjearlos por la deuda vieja. El forcejeo está en torno a un tipo de interés del 4,5% y el 3% que había sugerido Alemania, para dar más posibilidades de recuperación real a Grecia, cuya economía cayó cerca del 6% en 2011, y la vuelta al crecimiento no ve en un horizonte a corto plazo. Según cuál sea el tipo de interés ha fijado las pérdidas efectivas podrían ascender al 70%.

A pesar de las dificultades, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, manifestó que "las conversaciones han avanzado bien a nivel técnico y confío en que podremos concluir las negociaciones sobre la participación privada pronto, preferiblemente a lo largo de esta semana".

Fuentes comunitarias próximas a los representantes de la Comisión en Atenas han expresado serias dudas sobre las posibilidades reales de que la economía griega pueda remontar.