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Acuerdo por la moderación salarial

La primera medida contra la recaída

Manuel V. Gómez

Decían las previsiones que en 2012 España saldría de la crisis y crearía empleo. Pero la recesión ha vuelto, ha dado al traste con previsiones y ha dejado viejos pactos firmados como el de moderación salarial de 2010, que contemplaba para este año una subida entre el 1,5% y el 2,5%. La patronal y los sindicatos saben que este aumento salarial es difícil de mantener cuando está cayendo la economía y el empleo y están negociando otro que, siguiendo las palabras del líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, puede alcanzarse "en días".

Los primeros apuestan por la congelación de sueldos este año y el próximo, aunque están dispuestos a llegar al 0,5% para alcanzar un acuerdo; los segundos, por una subida moderada, que se situara por debajo de la inflación.

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La construcción, uno de los sectores más importantes, ya ha marcado un camino. Para 2012, sindicatos y patronal han sellado un acuerdo que se atiene al principio básico de la moderación salarial: los sueldos suben (1%) menos que la inflación prevista.

El objetivo de la moderación salarial es facilitar las necesarias ganancias de competitividad de la economía española. Visto que el enorme peso de la deuda privada lastrará el consumo interno, las posibilidades de salida de la crisis pasan primero por las exportaciones (siempre que se recupere la economía europea) y eso implica competir por la vía de los precios.

Entre los expertos, no falta quien propone que esta medida se pueda complementar con bonificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social para aquellas empresas que demuestren que han sido capaces de controlar los costes laborales a través de pactos sociales. Con esta iniciativa se descarta así una rebaja indiscriminada de las cuotas, como propone CEOE, que agudizaría el déficit del instituto público (en 2011 la Seguridad Social ha cerrado con números rojos por primera vez desde 1999), precisamente cuando está cayendo con fuerza el empleo.

Uno de los obstáculos con los que choca el pacto salarial hasta el momento es la existencia de las cláusulas que garantizan el poder adquisitivo. La llamada indexación salarial es uno de los demonios del Gobierno y del Banco de España. Para ambos, lo ideal sería ligar la evolución de los sueldos a la productividad. Pero este concepto no encuentra consenso sobre cómo calcularse. Para resolverlo, Carlos García Serrano, de la Universidad de Alcalá, propone buscar algún índice como la facturación, los beneficios o una combinación entre ambos. -

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.
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