La primera medida contra la recaída
Decían las previsiones que en 2012 España saldría de la crisis y crearía empleo. Pero la recesión ha vuelto, ha dado al traste con previsiones y ha dejado viejos pactos firmados como el de moderación salarial de 2010, que contemplaba para este año una subida entre el 1,5% y el 2,5%. La patronal y los sindicatos saben que este aumento salarial es difícil de mantener cuando está cayendo la economía y el empleo y están negociando otro que, siguiendo las palabras del líder de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, puede alcanzarse "en días".
Los primeros apuestan por la congelación de sueldos este año y el próximo, aunque están dispuestos a llegar al 0,5% para alcanzar un acuerdo; los segundos, por una subida moderada, que se situara por debajo de la inflación.
La construcción, uno de los sectores más importantes, ya ha marcado un camino. Para 2012, sindicatos y patronal han sellado un acuerdo que se atiene al principio básico de la moderación salarial: los sueldos suben (1%) menos que la inflación prevista.
El objetivo de la moderación salarial es facilitar las necesarias ganancias de competitividad de la economía española. Visto que el enorme peso de la deuda privada lastrará el consumo interno, las posibilidades de salida de la crisis pasan primero por las exportaciones (siempre que se recupere la economía europea) y eso implica competir por la vía de los precios.
Entre los expertos, no falta quien propone que esta medida se pueda complementar con bonificaciones en las cotizaciones a la Seguridad Social para aquellas empresas que demuestren que han sido capaces de controlar los costes laborales a través de pactos sociales. Con esta iniciativa se descarta así una rebaja indiscriminada de las cuotas, como propone CEOE, que agudizaría el déficit del instituto público (en 2011 la Seguridad Social ha cerrado con números rojos por primera vez desde 1999), precisamente cuando está cayendo con fuerza el empleo.
Uno de los obstáculos con los que choca el pacto salarial hasta el momento es la existencia de las cláusulas que garantizan el poder adquisitivo. La llamada indexación salarial es uno de los demonios del Gobierno y del Banco de España. Para ambos, lo ideal sería ligar la evolución de los sueldos a la productividad. Pero este concepto no encuentra consenso sobre cómo calcularse. Para resolverlo, Carlos García Serrano, de la Universidad de Alcalá, propone buscar algún índice como la facturación, los beneficios o una combinación entre ambos. -
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.