Evitar la recesión... en 2013
La pregunta planteada el domingo pasado para el debate de la semana ha quedado respondida por la tozudez de los hechos. No es posible impedir que la Unión Europea caiga en recesión. De hecho, España e Italia ya han entrado en la dinámica del crecimiento negativo, Francia tiene todas las papeletas para caer muy pronto y el conjunto de la UE sufrirá una caída del PIB del 0,5% a lo largo de 2012, según los datos filtrados del documento Perspectivas de la economía mundial, que difundirá el Fondo Monetario Internacional (FMI) el próximo martes.
El Banco Mundial anticipó las malas perspectivas el miércoles pasado, el FMI las confirmará el martes próximo y el Banco de España difundirá sus malos augurios (hay recesión para varios trimestres) mañana lunes. No es una sorpresa, pero tampoco deja de ser preocupante que los países de la Unión Europea hayan entrado ya, o vayan a entrar próximamente, en el segundo periodo de recesión económica en menos de dos años. La única opción ya es evitar la recesión en 2013, porque el año 2012 está ya perdido.
David Taguas: "El proceso de consolidación debe apoyarse en la reducción del gasto no productivo, no en subir impuestos"
José Luis Martínez: "Alemania haría mucho por evitar la recesión en la zona euro si tira de la economía como demanda final"
Mauro Guillén: "Estamos presenciando un suicidio colectivo en Europa. Debemos crecer para equilibrar las cuentas públicas"
La situación es tan delicada que hasta la pareja de moda en Europa (Merkozy-Sarkel) ha empezado a cambiar el ritmo de su baile, pasando de una cadencia lenta y austera, a una con un poco más de movimiento, que pueda ayudar a dejar pronto el crecimiento negativo de la economía y, por lo tanto, la destrucción de empleo.
Como viene sucediendo en los últimos meses, Angela Merkel y Nicolas Sarkozy "han iniciado una ronda de contactos para presentar propuestas a la próxima cumbre europea...". (¿Les suena?). Esta vez, la cumbre es el 30 de enero y el tema a debatir, además de la deuda griega, el fondo de rescate y los planes de austeridad fiscal de los países periféricos, es qué hacer para reactivar una economía herida de muerte por una sobredosis de austeridad.
El tema ha suscitado un intenso debate entre los expertos de Economismo. Aunque no hay unanimidad a la hora de proponer acciones para evitar una recesión duradera en los países de la Unión Europea, sí hay una mayoría que opina que los líderes europeos deben rectificar la política de austeridad fiscal sin concesiones, que nos está llevando a "un suicidio económico colectivo en Europa", en palabras de Mauro Guillén. También hay una mayoría que piensa que Alemania y los países del núcleo central de Europa tienen que ejercer de locomotoras de la UE cuanto antes.
Según Mauro Guillén, "tenemos que crecer para equilibrar las cuentas públicas; de lo contrario, el gasto en prestaciones de desempleo, la reducción de las cotizaciones a la Seguridad Social y la menor recaudación fiscal por la caída de la actividad económica nos condenarán a años de recesión". Guillén añade que los Gobiernos europeos "tienen que explicar a los mercados que a corto plazo (dos años) reactivarán la economía, pero que al mismo tiempo se comprometen a equilibrar las cuentas fiscales a medio plazo (5-6 años)".
En la misma línea se pronuncia Guillermo de la Dehesa. "No hay ya forma de evitar la recesión este año, pero hay que hacer todo lo posible porque no continúe en 2013". A su juicio existen dos formas. "La primera es retrasar el cumplimiento del 3% de déficit sobre el PIB un par de años, ya que estaba basado en que el área euro crecía casi el 3% en 2013, o alternativamente calcularlo en términos estructurales, según su situación en el ciclo, como se ha decidido ya en el Consejo Europeo de diciembre para las reglas fiscales constitucionales. La segunda es que los Estados miembros que han alcanzado ya dicho objetivo, como Alemania y aquellos que tienen superávits por cuenta corriente, es decir, exceso de ahorro sobre su inversión, como Alemania, Holanda y Bélgica, expandan sus demandas internas para compensar a los que las están contrayendo (los llamados periféricos). En todo caso, va a ser muy difícil ya que el exceso de ahorro del norte no quiere invertirse en el sur".
David Taguas defiende que hay que mantener la consolidación fiscal en la UE, pero hay que replantearse el cómo llevarla a cabo. "Este proceso", explica, "debe apoyarse en la reducción del gasto no productivo y no en la subida de impuestos o en la disminución del gasto en inversión". Además, Taguas insiste en la necesidad de aumentar el crecimiento potencial de la economía mediante el aumento de la productividad derivado de las reformas estructurales, "en especial, la reforma del mercado laboral".
"¿Cómo evitar la recesión?", se pregunta José Luis Martínez. Y propone tres acciones. "En primer lugar, propiciar que los países con importantes superávits en sus cuentas exteriores, exceso de ahorro, favorezcan medidas de gasto. Nos falta demanda final en Europa, desde el momento que los países cuya demanda interna ha liderado el crecimiento de la zona en el pasado reciente ahora se encuentran inmersos en un proceso de reducción de la deuda y ajuste de excesos. Países como Alemania harían mucho por evitar la recesión del área si tiran de la economía como demanda final".
"En segundo lugar", añade Martínez, "es preciso mejorar de forma rápida las condiciones de financiación. Y, por último, debemos mejorar las condiciones de competitividad de la zona; y esto se logra con una moneda más débil o con un mayor ajuste a la baja en los precios o costes. Naturalmente, las medidas de oferta ayudan. Pero su impacto se observa con el tiempo. Ahora el tiempo apremia".
José García Solanes se muestra especialmente crítico, porque "la política de austeridad y los ajustes generalizados, no acompañados de estímulos, son peligrosamente procíclicos". Para evitar estos efectos negativos, propone que "los países con finanzas públicas más saneadas y con mejores perspectivas económicas, especialmente Alemania, deberían adoptar medidas decididamente expansivas, no solo para bien propio sino también para generar demanda en los países periféricos". Añade que "las medidas expansivas en los países del núcleo europeo tendrían que combinarse con un alargamiento del plazo de consolidación fiscal en los países de la periferia".
PRÓXIMO TEMA DE DEBATE: ¿Es recomendable hoy una tasa Tobin?
El presidente del Gobierno francés, Nicolas Sarkozy, consiguió esta semana en Madrid el apoyo de Mariano Rajoy en su intento de sacar adelante un impuesto sobre las transacciones financieras en la Unión Europea. Se trata de resucitar la llamada tasa Tobin -o tasa Robin Hood, como ha sido bautizada por los movimientos populares en Europa-, en referencia al ya fallecido economista James Tobin (premio Nobel de Economía en 1981), que propuso fijar una tasa impositiva para las operaciones financieras internacionales.
La propuesta francesa cuenta con la oposición del Gobierno británico y las dudas del alemán. Ya se ha planteado, sin éxito, en las últimas reuniones del G-20, pero sus defensores insisten en que los grandes bancos internacionales deben colaborar en la resolución de la crisis económica mundial. ¿Es recomendable hoy lanzar una tasa sobre las transacciones financieras en la UE? ¿Y a nivel global?
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