La red de contrabando también traía tabaco de Canarias
Efectivos de la Agencia Tributaria han abortado la entrada de otro contenedor con 100.000 cajetillas de tabaco de contrabando en el puerto de Alicante fletado por la red dirigida por Manuel Gulías, detenido el lunes en una operación en la que fueron arrestadas otras 18 personas de su organización. Mientras Gulías permanece en prisión, este último envío llegó al puerto de Las Palmas de Gran Canaria, uno de los dos puntos de aprovisionamiento que tenía la red para la introducción de tabaco legal de distintas marcas junto al puerto de Dubai.
El contenedor fue preparado por una segunda rama del grupo que se dedicaba a introducir en la Península mercancía procedente de Canarias, donde existe una fiscalidad inferior para las labores de tabaco. Cajetillas de las marcas Winston, Chesterfield y Coronas, entre otros, venía oculta entre otra mercancía variada. Este sistema confirma la potente infraestructura que tenía la red para operar en Europa a través de España utilizando tabaco legal adquirido en Canarias y falsificado procedente de países asiáticos como China. El tabaco que movía Gulías supone el 10% del que comercializan las redes de contrabando que operan en la Unión Europea. Gulías importaba al año un promedio de 20 contenedores con mercancía valorada en 1,5 millones de euros en cada envío.
Prisión provisional
El titular del juzgado de instrucción número 2 de Santiago, José Antonio Vázquez Taín, ha decretado la prisión provisional sin fianza para el cabecilla de la organización, acusado de contrabando, blanqueo de dinero y delito contra la salud pública (el tabaco chino está fuertemente adulterado) y dejó en libertad con cargos al resto de los implicados. La operación sigue abierta y no se descartan nuevas aprehensiones de tabaco del mismo grupo. Los próximos días se esperan más detenciones de personas que podrían estar relacionadas con ramificaciones internacionales del grupo, según fuentes de la investigación.
La desarticulación de esta red también constata el repunte de este negocio en los últimos dos años después de que los tabaqueros gallegos lo abandonasen por el narcotráfico a finales de los años ochenta. La diferencia es que la mayoría del tabaco de contrabando que se comercializa hoy está falsificado y adulterado con hasta casi 200 componentes, incluso orgánicos, y procede de países asiáticos.
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