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Baltar evita debatir la Sogama del sur por el malestar de los alcaldes

El presidente de la Diputación veta una iniciativa del PSOE

El pleno de este mes de la Diputación de Ourense no volverá a debatir una moción sobre la planta basurera de O Irixo. El presidente de la institución, José Luis Baltar, ha vetado una iniciativa presentada por el PSOE en la que se exige un posicionamiento contrario a la incineradora. Y lo hace para evitar poner en un brete al alcalde del PP de O Carballiño, Argimiro Marnotes. El regidor, que también es diputado provincial, aprobó en un pleno municipal una moción pactada con PSOE y BNG en la que rechazaban la incineradora. Para el grupo de gobierno "pensaban más en los vecinos que el partido". El frente crítico no se limitó al Ayuntamiento. Toda la agrupación popular de la localidad acordó oponerse. En un duro comunicado, recordaban a la Xunta que "también les molesta" la planta de tratamiento de residuos.

En O Carballiño, el regidor del PP apoyó un texto contra la incineradora

El propio PP de O Carballiño aceptó, a petición de los socialistas, "llevar una propuesta similar a la Diputación". Unos días antes de ese posicionamiento, en el pleno provincial de diciembre, Marnotes votaba justo lo contrario y tumbaba -junto al resto de diputados populares- otra moción contra la basurera. Pero las mociones se las lleva el viento. Los servicios jurídicos del ente provincial, a instancia del grupo de gobierno, han encontrado una fórmula legal con la que escurrir el bulto. Un informe explica que no existe la obligatoriedad de debatir la propuesta porque ya se llevó a pleno un documento similar.

El portavoz de los conservadores y alcalde de Muíños, Plácido Álvarez, confirmaba ayer que no habrá debate. "Salvo que el presidente cambie de opinión" la moción no se votará. "Ese tema ya fue suficientemente debatido el mes pasado y ya está", aseveraba Álvarez, que recalcaba que se habían pronunciado "clara y rotundamente". También aprovechaba para cargar contra el PSOE, negando que las mociones sean iguales. Así matizaba que la de O Carballiño fue una moción "alternativa" consensuada y no la impulsada por la oposición. La iniciativa promovida ahora por los socialistas desarrolla prácticamente los mismos puntos aprobados por el PP carballinés, pero también reclama que Baltar "aclare su postura y se posicione a favor de los vecinos".

El vicepresidente de la Diputación, Rosendo Fernández, declaraba el 11 de enero que esta moción se votaría "por el interés general" tras debatirla "por los medios democráticos". Si no hay cambios tras la comisión que se celebrará hoy y en la que se tratará el asunto, no habrá votación alguna.

Con esta jugada, el Partido Popular evita una situación incómoda. Su voto, tanto a favor como en contra, hubiese cuestionado la credibilidad del propio grupo político o de uno de sus diputados. O Carballiño (14.000 habitantes), feudo socialista durante 16 años, es el gran logro electoral del PP baltarista en las últimas elecciones municipales. Con esta maniobra, los conservadores buscan garantizarse la simpatía vecinal -y por tanto los votos- en la tierra de Pachi Vázquez, líder del PSdeG.

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