Fabra destinará los 420 millones que le anticipa Rajoy a pagar a proveedores
La oposición atribuye la "quiebra" al despilfarro y la corrupción del PP
Un balón de oxígeno. Eso será para la Generalitat valenciana el adelanto que el Gobierno central se comprometió a facilitar a las comunidades autónomas en el Consejo de Política Fiscal y Financiera del pasado martes. El presidente valenciano, Alberto Fabra, confesó ayer en las Cortes valencianas, en el debate sobre los recortes que ha decretado su Gobierno y que afectan al salario de los empleados públicos, que los 420 millones que corresponden a la Comunidad Valenciana serán para pagar a proveedores.
Fabra dijo en su intervención que el Gobierno de Rajoy, cuya "sensibilidad" elogió en contraposición a la de Zapatero, había anunciado "un anticipo de 420 millones para atender pagos a proveedores". A lo largo del debate, sin embargo, y acuciado por los portavoces de la oposición, asumió que no es un anticipo específico para la Comunidad Valenciana sino una medida general para todas las autonomías. Se trata de un anticipo del 50% de la liquidación del año anterior que el Gobierno hace efectivo a los Gobiernos autónomos en septiembre y que ahora se enviará a finales de enero.
La grave situación económica de la Generalitat, que la oposición califica directamente de "quiebra", no suscitó ni una autocrítica a la etapa de su antecesor Francisco Camps, ni dato alguno sobre los recortes que habrá que aplicar para cumplir con las exigencias planteadas por el Gobierno para el cumplimiento del déficit. Fabra descargó la culpa sobre el anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -debido a la discriminación en la financiación autonómica- de los dramáticos problemas económicos de su comunidad. Tampoco respondió al líder de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, que le exigió que explique cómo recortará los 3.000 millones que le obligará todavía a reducir el compromiso de déficit asumido en el Consejo de Política Fiscal.
Alarte explicó que la Comunidad Valenciana ha tenido un déficit real del 4,2%, cuando el límite para el año pasado y el actual debería ser del 1,3%, lo que supone una desviación de 2,9 puntos, que evaluó en 3.078 millones.
"¿A cambio de qué ha salido Rajoy en su rescate?", le preguntó el dirigente del PSPV-PSOE reiteradamente sin que Fabra se diera por aludido.
La crítica a 16 años de gobierno del PP que han causado, con su despilfarro y su corrupción, la "quiebra" de la Generalitat fue un argumento común de socialistas, Coalició Compromís y Esquerra Unida del País Valencià para rechazar el decreto de medidas urgentes que recorta ingresos a los empleados públicos y sube los impuestos.
El presidente valenciano no hizo el más mínimo gesto de contrición. Hasta el punto de que en un determinado momento señaló: "Sería una gran irresponsabilidad no darnos cuenta de que vivíamos por encima de nuestras posibilidades todos y cada uno de nosotros".
Desde los bancos de la oposición le interrumpieron con exclamaciones de "todos no".
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