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Sin contacto

Con apenas unos días de diferencia, hemos conocido esta semana la puesta en marcha de los primeros despliegues comerciales de pago sin contacto (contactless) en España. La Caixa espera sustituir un millón de tarjetas e instalar 15.000 terminales punto de venta en Barcelona durante 2012. Por su parte, BBVA y Bankia han acordado instalar en los primeros meses del año 7.000 puntos de venta y emitir un millón de las nuevas tarjetas para clientes que habitan en el interior del cinturón metropolitano de la M-30.

Tras años realizando pruebas piloto de uso de esta tecnología, las entidades financieras optan finalmente por un cambio significativo en su estrategia de medios de pago. Más allá de la novedad evidente de la sustitución del chip o la banda magnética, el pago sin contacto permite agilizar las transacciones en establecimientos con gran afluencia de clientes, porque no requiere firma ni identificación para pequeños importes. Los comerciantes, por su parte, tienen como incentivo una reducción de las tasas de intercambio para las operaciones de menor monto, por lo que será más difícil ver el clásico cartel de "no se aceptan pagos con tarjeta por debajo de 10 euros".

Entre 2008 y 2010, las tarjetas de pago en circulación acumulan una caída del 6,3% en España

Llama la atención que esta iniciativa haya coincidido en el tiempo (por pura casualidad) con el impulso que el nuevo Gobierno quiere dar a los medios de pago electrónicos como medida para luchar contra el fraude fiscal. Sin embargo, el panorama todavía es algo incierto para buena parte de las entidades financieras del país, por lo que la apuesta es toda una declaración de intenciones del sector. La banca está tratando de responder a las necesidades cambiantes de sus clientes, en una época de crisis en la que ya han desaparecido casi cinco millones de las tarjetas de pago en circulación en nuestro país (una caída acumulada del 6,3% entre 2008 y 2010).

La situación del mercado español de medios de pago contrasta fuertemente con lo que ocurre en los mercados emergentes de América Latina, donde el crecimiento de los plásticos en ese periodo ha sido del 15,7%, según se desprende del Informe Tecnocom 2011 sobre medios de pago electrónicos. Obviamente, el entorno económico en la región es radicalmente distinto del español, pero también se han llevado a cabo campañas de divulgación y una importante inversión en infraestructura para atraer a los consumidores latinoamericanos que se incorporan al mercado.

El sector de los medios de pago está mostrando en los últimos años altas cotas de innovación de la mano de las nuevas tecnologías. De hecho, el pago sin contacto es considerado por muchos como una condición necesaria para el despliegue masivo del pago móvil, cuyas posibilidades en términos de fidelización de clientes y acompañamiento de servicios de valor añadido son enormes. Para conseguirlo, será necesario encontrar un modelo de prestación de servicio sostenible y eso requiere, sin duda, el visto bueno de los consumidores. De ahí que el éxito de las nuevas iniciativas puestas en marcha por Bankia, BBVA y La Caixa sea clave para conocer cómo pagaremos en los próximos años.

Álvaro Martín Enríquez y Esther Rodríguez Fernández son profesores de la Escuela de Finanzas Aplicadas (AFI)

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