El nuevo rector coruñés carga contra los recortes en presencia de Feijóo
El presidente reclama a las universidades que "atemperen" sus exigencias
Ante un paraninfo abarrotado de público y autoridades, empezando por el presidente de la Xunta y los rectores de Santiago y Vigo, tomó ayer posesión al frente de la Universidade da Coruña Xosé Luis Armesto. Y lo hizo abundando en su discurso de defensa a ultranza de la universidad pública, de crítica al plan gallego de financiación de la enseñanza superior y de alerta por el drástico recorte en los presupuestos para investigación. "Un parón que cuesta luego décadas de recuperación y traslada los efectos negativos a la competitividad de la economía", insistió Armesto al convertirse en el cuarto rector coruñés y tomar el relevo de José María Barja, de cuyo equipo formó parte durante ocho años como responsable del Profesorado.
La defensa de la universidad pública centró el discurso de Armesto
El presidente insta a una mayor colaboración entre las instituciones
El nuevo rector quiso advertir del riesgo de destruir el actual modelo de enseñanza superior si las instituciones se rinden "a intereses económicos a corto plazo". Y en nada ayudará, avisó, el plan de financiación del sistema universitario gallego para 2011-2015, cuya aprobación ya contó con el el voto en contra de la institución coruñesa. "Es poco razonable para la universidad pública e ineficaz para reducir los desequilibrios históricos de los que adolece la Universidade da Coruña", remachó al recordar que es la que menos dinero recibe por estudiante "de todo el Estado". Pero aun así, y ante las peticiones de "austeridad y esfuerzo" reiteradas poco antes por Alberto Núñez Feijóo, es también la institución académica que más saneadas tiene sus cuentas, "sin deuda alguna".
No fue su única respuesta al discurso del rector por parte del presidente de la Xunta, quien solicitó de las tres universidades gallegas, y de la coruñesa en particular, "colaboración para alcanzar el bien común, por más que no colmen sus demandas parciales" y les apremió, ante el actual contexto de crisis económica, a "atemperar" sus exigencias a los poderes públicos. Frente a las proclamas de Armesto en defensa de la universidad pública, "una función insustituible", remarcó, Feijóo aseguró que la enseñanza superior está "en las prioridades" del Gobierno gallego que preside. Pero también consideró imprescindible reforzar la colaboración. "Las tres universidades pueden y deben compartir objetivos comunes", más allá, indicó el jefe del Ejecutivo, de cooperar en campus de excelencia internacional o la organización de posgrados interuniversitarios que "son pasos necesarios, pero insuficientes en el camino de la colaboración".
En ese punto coincidió con Feijóo el nuevo rector coruñés. Colaboración toda, replicó Armesto al reclamar de sus homólogos de Vigo y Santiago que se refuerce, "sin renunciar a la autonomía" de nadie, la alianza entre los siete campus gallegos para "un sistema universitario sólido, cohesionado y coordinado". "Debemos procurar operar como conjunto, con objetivos coherentes y un plan de futuro", reclamó. "Estoy convencido de que nada bueno sacaremos de disputas estériles" entre las tres universidades que deben, también para Armesto, aliarse y complementarse para ganar competitividad y excelencia. En este sentido, el nuevo rector resumió su meta para este mandato en "la defensa coherente" de los intereses de la institución coruñesa sin perjudicar "los más amplios del país".
La nueva etapa que abre la Universidade da Coruña es "un punto y seguido", indicó en su despedida Barja, quien cosechó los elogios de Feijóo y su sustituto en el Rectorado. Catedrático de Química Física, Xosé Luis Armesto (A Coruña, 1948) también citó como sus ejemplos para su nueva tarea, "por sus magnificas lecciones de tolerancia, respeto al adversario y vocación al servicio público", a los profesores Beiras Torrado y Ríos Fernández, "personas ideológicamente distantes".
Ambos estaban ayer entre el numeroso público. Pero faltaba Isaac Díaz Pardo, fallecido hace apenas una semana, y al que Armesto quiso dedicar el cierre de su discurso. No en vano, en su despacho de rector, le acompaña en lugar preferente una fotografía enmarcada tomada por el intelectual en 1936, con la bandera de Galicia extendida en la compostelana plaza del Obradoiro tras la aprobación del primer Estatuto de Autonomía.
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