Griñán pone fin al mandato más intenso y complejo

El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán (PSOE), anunció ayer en Málaga que las próximas elecciones se celebrarán el próximo 25 de marzo y aprovechó para hacer balance de la octava legislatura que calificó de "intensa y muy complicada", por la crisis económica y el desempleo, pero también de "apasionante". El jefe del Ejecutivo andaluz subrayó que la región ha marcado una diferencia en la forma de gestionar los recursos e insistió en que los ajustes de su Gobierno no han recortado derechos sociales, ni sanitarios.

El próximo 30 de enero se firmará el decreto de disolución del Parlamento Andaluz, como establecen los plazos de la Ley Electoral, pero antes, Griñán dará cuenta detallada en la Cámara andaluza de las acciones del Gobierno en los últimos cuatro años.

"He escogido Málaga para anunciar esta decisión, porque Andalucía no es sólo Sevilla", dijo. El máximo responsable de la Junta estuvo arropado por siete consejeros -Mar Moreno, Luciano Alonso, Paulino Plata, Carmen Martínez Aguayo, Antonio Ávila, Francisco Menacho y Josefina Cruz- y la presidenta del PSOE andaluz, Rosa Torres, entre otros cargos del PSOE andaluz. No avanzó por qué provincia concurrirá, porque el partido aún no le ha hecho una propuesta. Aún así, dijo que la única "opción razonable" pasa por Sevilla o Córdoba, por lo que serán sus secretarios generales quienes tengan que ponerse de acuerdo.

A pesar de que Griñán presentó a Andalucía como una comunidad autónoma "saneada y solvente", con un menor endeudamiento y un menor déficit que la media de las autonomías, recalcó que nunca se han vivido años tan difíciles en materia económica. Habló de "tres recaídas" desde 2008 y sostuvo que todavía "no se ve la salida de la crisis". Por ello, reclamó "lealtad constitucional" al Gobierno y a las comunidades autónomas a la hora de abordar el objetivo de déficit, así como que se establezcan las funciones del Estado que hay que priorizar. "Vienen tiempos difíciles", dijo, por lo que reclamó al Gobierno que convoque la Conferencia de Presidentes, o al menos el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

El presidente de la Junta de Andalucía agrupó sus políticas en cinco ejes de actuación. Entre ellos situó la lucha contra la crisis y el desempleo, la apuesta por una educación de calidad pública y gratuita, la austeridad, las políticas de estímulo económico y la puesta en marcha de una política fiscal que definió como "progresista o progresiva". En este punto enfatizó que el Gobierno andaluz siempre ha desarrollado medidas fiscales "dando la cara" y "nunca sin que previamente se haya discutido en el Parlamento".

A la pregunta del papel qué tiene el caso de los expedientes de regulación de empleo (ERE) fraudulentos en esta legislatura, Griñán consideró que se recordará porque el Gobierno andaluz "tomó decisiones" sobre las irregularidades "denunciando, investigando y al mismo tiempo acusando a cualquier culpable". "Hemos tomado la iniciativa", afirmó. "En el mismo momento en el que la Junta conoció la primera irregularidad la llevamos a los tribunales, creamos una comisión de investigación interna sólo con funcionarios, planteamos al juzgado cualquier irregularidad y nos personamos como acusación, y así seguiremos haciéndolo", añadió. Sobre las ayudas que supuestamente se gastaron en droga y fiestas dijo que, en caso de confirmarse, son hechos de 2004, y que, si hubiera tenido conocimiento, lo habría denunciando.

El jefe del Ejecutivo andaluz se mostró satisfecho de haber cumplido los 27 compromisos adquiridos en el debate sobre el estado de la Comunidad y destacó que, a pesar de los tiempos de crisis, también se han puesto en marcha "la inmensa mayoría" de las propuestas anunciadas en su investidura como presidente.