Monumento a Carlos Fabra
El aeropuerto de Castellón que continúa sin obtener autorización para operar vuelos, tiene un difícil presente y un más que incierto futuro. La escasa población provincial de 602.000 habitantes; y su ubicación, a tan solo 65 kilómetros de distancia del aeropuerto de Manises con una amplia oferta de destinos, a 280 kilómetros del aeropuerto de El Prat -aún con mayor oferta-, a 250 kilómetros de El Altet, y a tan solo 182 kilómetros del de Reus, con una fuerte implantación de vuelos baratos, hacen presagiar un estrepitoso fracaso como ya ha ocurrido con otras infraestructuras similares. La Generalitat Valenciana tiene un déficit acumulado de 20.469 millones de euros; pero aún no se han percatado de que existen líneas de actuación para reducir el déficit público y racionalizar las inversiones, ya que a la entrada de dicho aeropuerto se está colocando una escultura (tan innecesaria como la propia infraestructura) cuyo coste es de 300.000 euros incluidos en los Presupuestos autonómicos para 2012, aunque se pretende justificar su instalación con el argumento de que "tiene un coste muy inferior a la media de otras esculturas de aeropuertos provinciales, debido a que el artista ha renunciado a percibir ningún canon artístico".
En circunstancias económicas tan adversas como las presentes, además de contener el gasto público en aspectos innecesarios como el que nos ocupa, las inversiones públicas deben estudiarse con profundos criterios de rentabilidad social y de contribución a la generación de riqueza; y además en el caso de las infraestructuras, con unos objetivos de articulación de las comunicaciones debidamente sólidos.- José María Pérez Arias. Oviedo, Asturias.
Algo más que impresionado, impactado, me he quedado cuando he visto la foto publicada en EL PAÍS del monumento que se está construyendo en el aeropuerto sin aviones de Castellón dedicado al impulsor del proyecto, el expresidente provincial del Partido Popular. Dicen que la capacidad de asombro no tiene límites y, efectivamente, puedo corroborar que esta aseveración es cierta en lo que hace referencia a nuestra clase política, que nunca deja de dar espectáculo, por no llamarlo de otra manera. Son 25 metros de altura y 20 toneladas de peso para encumbrar a la figura clave en la promoción de un aeropuerto que nunca ha llegado a funcionar y del que se duda que algún día llegue a hacerlo.- César Reglero Campos. Roda de Barà. Tarragona
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