Neutralidad
Ni siquiera los apreciados cascos azules de la ONU cuentan con un reconocimiento pleno de la neutralidad a la que están obligados. Siempre se ven sometidos a acusaciones cruzadas de inclinarse por uno u otro bando por lo que no es de extrañar, tampoco, que la difícil posición de equilibrio que pretende guardar la dirección del PSOE andaluz en estas primarias se vea alterada por los tirones que, a buen seguro, se van a registrar, a partir de esta semana, en las distintas asambleas locales. Pero si la actitud de los máximos dirigentes del partido, entiéndase José Antonio Griñán y Susana Díaz, está marcada por la prudencia y por un calculado distanciamiento de la pelea, no sucede lo mismo con otros responsables, tanto orgánicos como del propio gobierno andaluz, que se han sumado abiertamente a las tesis de Carme Chacón nada más comenzar el proceso.
Por tanto, dado que es conocida ya la apuesta por esta opción por parte de la número dos de la Junta, Mar Moreno, a la que se han sumado otros consejeros e, incluso, la presidenta del partido, Rosa Torres, la voz suave, no se descarta que a partir de estos días salgan igualmente a flote nuevos pronunciamientos a favor del otro contendiente, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien al menos hasta ahora era poco dado a la creación de plataformas a su favor. Sin embargo, la evolución de los acontecimientos para sus intereses puede que le haga cambiar de opinión.
Habrá quien se entretenga buscando detrás de cada movimiento que se produzca al respecto la mano de cualquiera de los líderes regionales. Pero, para no perdernos en esas sesudas disquisiciones, quedémonos con lo conocido, o sea, lo manifestado por el propio Griñán: no se cometerán los mismos errores anteriores cuando el todopoderoso PSOE andaluz se inclinó en su día por José Bono y al final tuvieron que admitir el triunfo, por estrecho margen, de Zapatero. O lo que es lo mismo, a las puertas de las elecciones autonómicas lo peor que podría pasar es que salieran de este trance los socialistas andaluces con el cartel de derrotados. Esto es, se irá a caballo ganador sea quien sea y se tratará de sacar el máximo provecho al considerable peso específico con que cuenta el PSOE andaluz.
Eso sí, otra cosa son las maniobras orquestales en la oscuridad que se puedan ejecutar para favorecer a alguno de los candidatos desde el aparato del partido. De todas formas, conviene no olvidar un dato sustancial en todo este asunto y es que el voto de cada delegado que asistirá al trascendental congreso federal es libre, por lo que cualquier disquisición puede verse superada por la realidad.
Puro debate, dirán los mejor pensados. En todo caso, magnífico espectáculo de participación política del que otros no pueden disfrutar ni por asomo.
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