Barreda, ambición de novato

Los ojos verde oscuro; la boca grande; el cabello largo, moreno y deshecho recién bajado de la moto. Para Joan Barreda (Torreblanca, Castellón; 1983) este es solo su segundo Dakar (en 2011 abandonó tras la tercera etapa), pero, sin problemas de ego, se exige estar cada día entre los mejores. Se cree con condiciones, sobre todo tras ganar dos etapas en el Rally de Marruecos, en el que se codeó con Marc Coma. Resopla cuando se le pregunta si está donde esperaba a estas alturas de la carrera (29º). Suma dos terceros puestos, pero lo que le pesan son los errores, como cuando en la tercera etapa fue penalizado con 40 minutos por saltarse dos puntos de paso, al igual que una veintena de pilotos más, o como cuando al día siguiente rompió la rueda de atrás y tuvo problemas con la cadena y el tren trasero. "¡Perdí hora y media! Menos mal que Pellicer se paró a ayudarme", recuerda. Por eso, si mira la clasificación, se le tuerce el gesto, aunque entiende que debe acumular experiencia: "Me falta mucho".

El castellonense tuvo que retirarse al tercer día en la edición de 2011

Su objetivo es seguir la línea de la primera semana, "mantener el ritmo de los cinco primeros". Eso sí, el conformismo no va con él. Dice que tiene ganas de vencer en una etapa. Y no solo por el triunfo en sí: "A ver si algún día suena la campana. Quiero saber de lo que soy capaz si salgo primero y tengo que abrir la pista sin seguir el rastro de ninguna otra moto".

Campeón de España de motocross y uno de los mejores pilotos de enduro, Barreda asegura que, aunque su experiencia en el rally de 2011 fue corta, aprendió que "el Dakar es una carrera diferente a todas y uno tiene que tomársela de otra manera". Es una prueba de fondo en la que la regularidad tiene premio, aunque él, ambicioso, no acaba de entender cómo asumen su papel secundario pilotos como Helder Rodrígues, campeón mundial de rallies, o Chaleco López. "La regularidad no te asegura la victoria", dice. "Es muy bueno. Lo hará bien", le elogia Coma.

El de Castellón ha dado un paso adelante en 2012 y la culpa, dice, la tienen el equipo, el Husqvarna, mucho más profesionalizado. "El año pasado no probé la moto hasta que llegué a Argentina. Me faltaban experiencia y kilómetros", admite. Ahora tiene una infraestructura a su alrededor: "Es clave". El equipo ha trabajado con él desde el verano, programando sus entrenamientos y con un mecánico siguiendo cada jornada; planificando su preparación física, enseñándole a preparar los libros de ruta y a dominar la navegación. Volcado en el enduro el resto del año, ha tenido que ganar masa muscular: "Esta es una carrera maratoniana. El músculo te ayuda a salvar mejor los peligros. Hay tres días durísimos que marcan la diferencia. Y es muy difícil aguantar el ritmo toda la especial, algo que solo hacen Coma y Despres".

Lo que le queda es, en teoría, el terreno menos propicio para un recién llegado más endurero que dakariano: muchas dunas y mucha navegación. Pero también eso lo ha entrenado "con libros de ruta hechos a propósito para que te equivoques". Ayer, ganó la batalla a las dunas de Atacama. Aguantó el ritmo hasta que se adentró en el desierto. Aun así, finalizar el 13º, a menos de 14 minutos de Coma, la primera vez que pisa esa arena no es poco.

SÉPTIMA ETAPA: MOTOS: 1. M. Coma (KTM). 2. C. Despres (Fra./KTM), a 2m 3s. 5. G. Farres (KTM), a 6m 50s. General. 1. C. Despres. 2. M. Coma, a 7m 48s. 5. J. Viladoms (KTM), a 1h 7m 40s. 29. J. Barreda (Husqvarna), a 3h 25m 8s. COCHES:

1. N. Al-Attiyah (Cat./Hummer). 2. R. Gordon (EE UU/Hummer), a 7m 30s. 5. N. Roma (Mini), a 15m 19s. General: 1. S. Peterhansel (Fra./Mini). 2. K. Holowczyc (Pol./Mini), a 11m 22s. 4. N. Roma, a 18m 5s.