"O Caballero nos escucha o no tendrá presupuestos"

El grupo nacionalista del Ayuntamiento de Vigo lanzó el martes un órdago al gobierno local que preside Abel Caballero y que precisa de sus votos -suman 14 frente a 13 del grupo popular- para aprobar los presupuestos. El BNG exige, para sentarse a negociarlos, que el alcalde convoque a la junta de portavoces para exponerlos y que cumpla los acuerdos plenarios del actual mandato, algo que el alcalde está soslayando en algunos casos derivados de mociones planteadas por los nacionalistas. Caballero rehúsa de momento recoger el guante lanzado por los nacionalistas.

Pregunta. Cunde la idea de que sus exigencias para sentarse a negociar los presupuestos está abriendo la puerta a una pinza análoga a la de 2003, cuando populares y nacionalistas desalojaron de la alcaldía al socialista Pérez Mariño. ¿Admite esa analogía?

"Si el gobierno no cumple, tendrá que responder de lo que pueda ocurrir"

"No vamos a supeditar nuestras ideas a caprichos del alcalde"

Respuesta. Ahora no toca hablar de eso, en el Bloque no nos lo planteamos. Tenemos que hablar de lo que tenemos entre manos, es decir, de la aprobación de unos presupuestos que respondan a las necesidades de los ciudadanos en este contexto de crisis y, como condición previa, de restaurar la democracia en el Ayuntamiento.

P. Pero usted ya cuenta con una dilatada experiencia, ¿se siente optimista o pesimista sobre las posibles salidas de la situación?, ¿cree que Caballero aceptará sus condiciones?

R. No estoy ni optimista ni pesimista. Sé lo que el BNG quiere: que se respeten nuestras exigencias. Lo demás depende de la voluntad política del gobierno local y del alcalde, yo no puedo opinar por ellos.

P. ¿Y si no se aceptan sus condiciones?

R. Pues eso sí lo tenemos claro: no habrá negociación ni presupuestos. De hecho, son mucho mejores los vigentes de 2011 que el borrador que se nos ha presentado. Pero es el gobierno el que tiene que decir lo que quiere hacer y el que tendrá que responder por ello, no el BNG.

P. ¿Pone algún plazo para que la situación se resuelva?

R. Ninguno. La iniciativa le corresponde enteramente al gobierno. Con las cuentas saneadas, la subida de tasas y los remanentes existentes, dispone de recursos y hay fórmulas para que, por ejemplo, el presupuesto no tenga que decrecer, como figura en el borrador. Nosotros demandamos básicamente una mayor dedicación a políticas de creación de empleo y sociales, que ahora son más importantes y urgentes que otros gastos, como los de humanizaciones, que pueden esperar.

P. Pero si no se atienden sus demandas, insisto, ¿qué cree que puede pasar?

R. Si un gobierno en minoría se niega a cumplir unas exigencias que son estrictamente democráticas, como el cumplimiento de los acuerdos plenarios, es ese gobierno el que tendrá que plantear lo que quiere. Nosotros ya hemos expuesto claramente nuestras condiciones, y no vamos a supeditarlas a la cabezonería o los caprichos de un alcalde que no se quiera reconocer en minoría. Cuando el gobierno responda, nos atendremos a lo que diga.

P. Caballero dice que espera a conocer sus propuestas con exactitud, no por los medios de comunicación...

R. Tampoco tenemos ningún problema en ponerlas por escrito, si es lo que quiere. Pero él las sabe y, si las hemos dado a conocer a través de los medios, utilizamos su propio método. Mucho antes de ser remitidas a los grupos municipales, él mismo informó a un periódico de su proyecto de presupuestos, así fue como nos enteramos todos.

P. ¿Usted se siente ahora, en la oposición, más cómodo que en el anterior mandato, en el gobierno de coalición?

R. Eso no se mira, no es asunto de estar más o menos cómodo. Estoy satisfecho del trabajo que hicimos en el gobierno y también ahora, con el objetivo puesto en propiciar acuerdos que contribuyan a mejorar la vida de las personas.

P. ¿Ha cambiado su percepción del Partido Popular de un mandato a otro?

R. La idea que tengo es la misma y el PP es el mismo partido, en la Xunta, en la Diputación o en el grupo municipal, cuyos concejales, antes que defender los intereses de Vigo, son partidarios de las políticas neoliberales que el PP aplica en esas instituciones y ahora también desde el Gobierno: recortes, privatizaciones y políticas muy alejadas de lo que el BNG ha defendido siempre.