Ética
El BBVA, banco en el que ni siquiera tengo cuenta, me ha mandado estas navidades un librote de más de 700 páginas titulado Valores y Ética para el siglo XXI, con la palabra Ética en tamaño muy gordo. El volumen se abre con un artículo de Francisco González, presidente del banco, sobre la Ética en la empresa y en las finanzas: el gran reto poscrisis, y luego hay una veintena de textos de diversas luminarias internacionales. Es el cuarto libro de una serie que el BBVA está dedicando al pensamiento y, claro, esta vez le ha tocado el turno a la Ética, que es el tema de moda. Y así, ahora en todas las cenas de postín, en vez de hablar de a quién se encontraron el pasado weekend en Palma de Mallorca, las señoras petrificadas de bótox dicen: "¿Y qué opinas tú de la ética de la gestión de riesgos?", a lo que los señores de calva abrillantada responden: "Querida, sin duda la crisis económica global hace necesaria una ética global". Y se quedan tan panchos, aunque en su empresa les acaben de atizar un bonus de, por ejemplo, 79,7 millones de euros, que, por cierto, es la cantidad exacta que el BBVA le dio a Francisco González el año pasado como pensión.
Y en verdad es un libro muy bonito y que ha debido de costar un dineral este del BBVA, con unas ilustraciones maravillosas y unos colaboradores de primera magnitud. Pero me da la risa tonta cuando pienso que, con la que está cayendo, ahora viene un banco a darnos lecciones de ética lujosa, y además un banco que tuvo sus problemillas en el pasado, como aquello de las cuentas secretas en paraísos fiscales. Vamos, que no lo acabo de comprender, como tampoco comprendo que todo el mundo exculpe a De Guindos por sus dos años de alto ejecutivo con los impresentables Lehman Brothers. Por lo menos yo agradecería que dijera: Ahí sí que metí la pata. Pero debe de ser que soy una ignorante y no entiendo nada.
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