El Consell contempla más recortes tras el tijeretazo de Año Nuevo

El pasado 21 de diciembre, la Generalitat valenciana traspasó su particular solsticio de invierno al aprobarse en las Cortes unas gélidas cuentas autonómicas que suponían un recorte para este año del 6,4% en relación con el presupuesto de 2011. Ahora, esos austeros 14.987 millones de euros previstos para 2012 parecen muchos. El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, anunció durante su discurso de Año Nuevo otro recorte de 1.000 millones de euros, con lo que las cuentas quedarán reducidas a alrededor de 14.000 millones y el ajuste se dispara al 12,5%. Pero eso no es todo, el Consell aún no ha guardado la tijera. En una intervención en la que calificó las medidas de "tratamiento agresivo para curar a un enfermo", el nuevo vicepresidente y portavoz del Consell, José Ciscar, se estrenó en el cargo dejando la puerta abierta a nuevos ajustes drásticos.

El vicepresidente afirma que se trata de medidas coyunturales

¿Qué es lo que ha pasado en estos diez días desde que se presentaron los presupuestos para que ya no sean válidos y haga falta otro recorte de 1.000 millones de euros? Nada, aseguró ayer Ciscar, aunque parezca claro que el Consell sigue el paso que está marcando desde el Gobierno central el presidente Mariano Rajoy, que rompió el viernes pasado su promesa electoral de no subir los impuestos.

"Es que cuando se presentaron los presupuestos nadie dijo que no se fuese a continuar con esta labor de ahorro continuo", argumentó Ciscar, "nadie ha dicho que los presupuestos fueran un punto final, eran un punto y seguido". Y puesto que parece que los presupuestos se han quedado en papel mojado casi antes de arrancar el año, solo queda saber qué medidas permitirán recortar esos 1.000 millones. Y Ciscar, que insistió en que no se harán públicas hasta el pleno del Consell del próximo jueves, ni quiso descartar ni confirmar que incluyan fórmulas como el copago sanitario o una subida del tramo autonómico de los impuestos."Estamos haciendo un tratamiento, si me permiten el símil, médico: tenemos que hacer un tratamiento agresivo para curar una enfermedad", explicó ayer Ciscar, "pero lo tenemos que hacer, porque si no lo hacemos el enfermo no sale, empeora, y tenemos que salvarlo... y vamos a salvarlo". Más tarde, preguntado por el dramatismo de la comparación insistió en el símil: "Cuando hay un cáncer hay que aplicar un tratamiento en el que, de momento, parece que el paciente está todavía más enfermo por los efectos de la medicación, pero tienes que aplicarlo para salvar al paciente".

"Todo lo que implique sacrificios, a ninguno le agrada hacerlo", añadió Ciscar, pero aseguró que cuentan con el beneplácito de los afectados: "Los ciudadanos están concienciados de que para salir de esta situación tenemos que tomar las medidas que sean necesarias". Eso sí, insistió en que se trata de una "coyuntura temporal", que se puede revertir: "En el momento en que cambie, y va a cambiar, la gran mayoría de estas medidas no harán falta".

El nuevo vicepresidente, preguntado por un presupuesto de 2012 que parece ya obsoleto, dejó ayer claro en todo momento que el Consell puede incorporar nuevas medidas, recortes o políticas sin descartar ninguna fórmula: "No hay contradicción, siempre hemos dicho que, con independencia de los ajustes y la austeridad que representa el presupuesto y el realismo que supone ese presupuesto, íbamos a seguir trabajando en otras medidas, que poco a poco han ido cristalizando. Y ahora vamos a presentar un paquete que oscila en alrededor de los 1.000 millones de euros". Pero no quiso avanzar nada. Ante las fórmulas a aplicar, mantuvo silencio."Solo quedan 72 horas", dijo en referencia al pleno del Consell anunciado para el jueves.

Ni el copago sanitario ni las subidas de impuestos, ya abordadas por Rajoy, parecen por el momento descartados. De hecho, el presidente Alberto Fabra habló durante su discurso de Año Nuevo de "reorganizar y racionalizar la prestación de servicios públicos" y de "incrementar la corresponsabilidad en su financiación". En ese sentido, Ciscar no se mojó: "La corresponsabilidad en estos momentos es necesaria, pero de toda la sociedad valenciana". En esa ambigüedad del discurso sobre el copago, manifestó: "Yo ni descarto ni afirmo". Aunque luego añadió que "las medidas no van a precisamente por esa línea de copagos, pero esperemos al jueves".

Ciscar tomó posesión por la mañana de su nuevo cargo como vicepresidente, cartera que le pasó su antecesora, Paula Sánchez de León, que ya por la tarde asumió su puesto como nueva delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana. Por la mañana, Sánchez de León calificó a Ciscar de hombre "honrado, íntegro, sincero y que cree en el proyecto" y añadió que "es la mejor persona en este momento para asumir esta responsabilidad". Y en cuanto a su trabajo durante estos seis meses como vicepresidenta, explicó que se sintió "casi como subida en una montaña rusa" y que necesitaba "aterrizar". Entre los objetivos alcanzados, se apuntó el "sacar adelante el corredor mediterráneo", por lo que dio las gracias a la secretaría autonómica de Relaciones con el Estado y la Unión Europea. También destacó el anteproyecto de ley de Ràdio Televisió Valenciana o las medidas que se presentarán para apoyar a los emprendedores.

Y ya por la tarde, como nueva delegada del Gobierno, se comprometió a convertir la institución en "el mejor ejemplo de la impronta" que Rajoy quiere marcar en esta legislatura, basada en valores como "la sensatez, el sacrificio y la humildad".