La incógnita del desierto peruano
El Dakar 2012, que cruzará entre el 1 y el 15 de enero Argentina, Chile y Perú, se endurece - Premiará la fiabilidad y la experiencia y mantendrá el suspense hasta la llegada a Lima
Algunos pensaron que cambiar el desierto africano por el de Atacama (Chile) no era otra cosa que suavizar una prueba que nació, precisamente, cuando un intrépido, el piloto Thierry Sabine, pasó unos días perdido entre las dunas de Teneré. La prueba se encargó de desmentir aquellos supuestos ya en su primera edición en tierras sudamericanas, el año 2009. Y esta que está a punto de empezar se endurece todavía más y, como dicen sus organizadores, "da una dimensión más aleatoria al concepto de resistencia".
El Dakar 2012 cruzará tres países (Argentina, Chile y, por vez primera, Perú) y recorrerá 9.000 kilómetros, de entre los cuales 4.300 son de especial. Saldrá el primer día del año desde Mar del Plata y dejará las playas de esta estación balnearia, conocida por los argentinos como La Feliz, para adentrarse en tierras más áridas. Serán 14 etapas que no ofrecerán un momento a la relajación o el deleite del paisaje, precioso, por otro lado, sobre todo en puntos como los que ofrece la etapa entre San Juan y Chilecito (Argentina) -los cañones de la provincia de La Rioja-, entre Fiambalá y Copiapó -la frontera a Chile por el paso de San Francisco, en la cordillera de los Andes, a más de 4.700 metros de altura-, o en la conocida como bajada de Iquique (Chile), desde Antofagasta hacia las costas del Pacífico.
El Dakar 2012 recorrerá 9.000 kilómetros, 4.300 de ellos de especial
En las motos, los favoritos son los de siempre: Marc Coma y Cyril Despres, de KTM
"Cada año construimos un rally diferente; además, nuestro espíritu siempre ha sido descubrir nuevos territorios: el placer de este año será entrar en Perú, donde veremos cuatro etapas de leyenda", explica Etienne Lavigne, director de la prueba. "Será el Dakar más africano de los últimos años", dice Marc Coma, tres veces ganador de la prueba, la última en 2011, haciendo referencia a la dureza del trazado, que premiará la fiabilidad y la experiencia.
El trazado de esta carrera se ha dibujado con la voluntad de esparcir las dificultades, los momentos de respiro serán pocos y los puntos delicados pueden asomar en los lugares menos esperados. El recorrido está impregnado de una dosis de anarquía que dotará de más espectacularidad, si cabe, a la prueba. Desde el primer día, que ya no es una largada simbólica, sino que hay una especial, aunque corta, con dunas y piedras invisibles escondidas bajo la arena, hasta la última etapa, donde perdurarán los ecos del desierto antes de llegar a Lima (Perú), puede ocurrir de todo. De hecho, hay dos etapas más de competición que en 2011. "Queremos tener algo que contar a la gente cada día, y que desde la primera jornada exista una clasificación", apunta Lavigne.
"Las dos últimas etapas, entre Nasca y Pisco, pueden cambiar la clasificación. Las dunas son muy grandes y la arena es difícil. A dos días para el final no podremos tener un ganador; una ventaja de 20 minutos en esas dunas no es nada. Mantendremos el suspense hasta el final", explica David Castera, director deportivo del rally-raid más popular. El francés cree que el primer punto crítico será la llegada a Fiambalá, a los pies de los Andes, donde las tormentas de arena son el pan de cada día. "Hará muchísimo calor y habrá mucha arena", señala. "Será un infierno total", añade Lavigne. Luego: la entrada a Chile y la llegada a Copiapó, donde hay una etapa bucle, que nace y muere en el mismo campamento, ya en el desierto de Atacama, y donde se celebrará además la jornada de descanso en el ecuador de la prueba. "Tengo miedo a que mucha gente pase la noche al raso en el desierto", añade Castera. En ese caso, podrán echar una cabezada y reprender la marcha a la mañana siguiente, ya que solo en esta ocasión podrán regresar al campamento hasta las seis de la tarde del día siguiente, pues no hay carrera. Los tramos entre Iquique y Arica, y las dos últimas etapas ya en tierras peruanas acabarán por sentenciar la prueba.
En la categoría de motos los nombres de los favoritos son los de siempre: los dos pilotos del equipo KTM, Marc Coma y Cyril Despres; aunque el podio tiene algunos aspirantes más: Helder Rodrigues (Yamaha) o Chaleco López (Aprilia), recuperado ya de una caída el pasado mayo en la que se lo rompió casi todo; además de la incógnita de Jordi Viladoms, con un nuevo equipo, el Bordone Ferrari, con el que aspira a estar, al menos, entre los cinco primeros.
El abandono del poderoso equipo Volkswagen y de uno de los favoritos como era Carlos Sainz ofrece una mayor igualdad en coches este 2012, donde el equipo X-Raid se presenta como el más fuerte, con pilotos como Stéphane Peterhansel o Nani Roma, que llevarán un Mini; además optan a la victoria otros dos que fueron campeones con un Volkswagen Touareg: Giniel de Viliers (Toyota) y Nasser Al-Attiyah (Hummer), último ganador de la prueba. En quads los favoritos siguen siendo los hermanos Alejandro y Marcos Patronelli, ganadores de las últimas dos pruebas. Del equipo ruso Kamaz, ya sin la leyenda de Vladimir Chagin, ganador de siete Dakar, saldrá el vencedor en camiones.
La participación ha aumentado este 2012: de los 407 participantes del año pasado se ha pasado a los 465 que se han inscrito este año: 185 motos, 171 coches, 76 camiones y 33 quads, con pilotos de hasta 50 nacionalidades diferentes. La cifra, sin embargo, puede variar hasta que todos los equipos pasen las pertinentes verificaciones, que se hacen hasta el sábado 31. Si bien, se sabrá cuántos pilotos tomarán la salida, pero no cuántos alcanzarán la meta en el centro de Lima.
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