El nuevo líder norcoreano recibe a una misión del Sur en un gesto de apertura
La viuda de un líder surcoreano y la presidenta de Hyundai viajan a Pyongyang
En un significativo gesto de acercamiento al Sur, el heredero de la dinastía norcoreana, Kim Jong-un, recibió ayer a Lee Hee-ho, viuda del presidente surcoreano Kim Dae-jung, y a la presidenta del Grupo Hyundai, Hyun Jeong-eun, que viajaron a Pyongyang al frente de una delegación de 18 personas para rendir homenaje al difunto Kim Jong-il. Es la primera reunión del nuevo líder norcoreano con personalidades del Sur.
El encuentro, mantenido en el palacio Kumsusan, donde aún sigue expuesto el cuerpo del dictador, que murió el pasado día 17, apenas duró 10 minutos, pero no deja de ser visto como una rama de olivo tendida entre dos países que siguen virtualmente en guerra. El Ministerio de Unificación surcoreano insistió en que la "visita era privada" y en que la comitiva no llevaba ningún mensaje.
Seúl insiste en que es una "delegación privada" y sin mensajes oficiales
Seúl, que prohíbe las muestras públicas de pésame por el dirigente fallecido, hizo una excepción con Lee y Hyun, ambas muy involucradas en las relaciones intercoreanas. Pero no permitió que en la delegación viajase ningún miembro del Parlamento, como había solicitado la oposición, ni ningún funcionario. El Gobierno surcoreano se limitó la semana pasada a enviar su pésame al "pueblo", sin hacer referencia al dictador ni a su régimen.
Kim Dae-jung fue presidente entre 1998 y 2003 y recibió el Premio Nobel de la Paz por su política de reconciliación con el Norte. Durante su mandato celebró en el año 2000 una cumbre histórica con Kim Jong-il. A su vez, el grupo Hyundai ha desarrollado las dos únicas dos zonas de cooperación bilateral: el complejo industrial de Kaesong y el área turística del monte Kumgang.
Según indicó la agencia oficial de noticias norcoreana KCNA, en el libro de condolencias la ex primera dama expresó su voluntad de reunificación, mientras que la presidenta de uno de los mayores conglomerados industriales de Corea del Sur valoró los esfuerzos de Kim Jong-il por la reconciliación intercoreana.
La avanzada edad de Lee, 90 años, aconsejó que el trayecto se realizara por tierra, por lo que fue necesaria la emisión de un permiso especial de ambos Gobiernos. La comitiva cruzó la frontera más militarizada del mundo por la parte oeste, a través de Kaesong, donde dejó sus vehículos para proseguir el resto del camino en coches oficiales norcoreanos.
El Ministerio de Unificación surcoreano expresó el deseo de que la visita conduzca a "la reconciliación y cooperación intercoreanas", informó la agencia Yonhap. A su vez, fuentes europeas consideran la reunión con Kim Jong-un como un "espaldarazo" a las relaciones entre ambos países.
Mientras tanto, la sucesión en el poder sigue su marcha. La prensa y la televisión norcoreanas ya llaman a Kim Jong-un "comandante supremo" y presidente del Comité Central del Partido de los Trabajadores, aunque los cargos aún no le han sido transferidos oficialmente. Para ganarse al pueblo, el régimen ofrece autobuses para llevar y traer desde las provincias vecinas a Pyongynag a quienes quieren presentar sus respetos al líder muerto.
El presidente surcoreano, el conservador Lee Myung-bak, se vio forzado a autorizar el viaje de la delegación porque Corea del Norte envió comitivas a los funerales por Kim Dae-jung (2009). Pero desde que Lee llegó a la presidencia en 2008 las relaciones intercoreanas se han reducido al mínimo, es especial tras los incidentes armados del año pasado: el hundimiento de la corbeta Cheonan, con la muerte de sus 46 tripulantes, y el intercambio de cañonazos en la isla de Yeonpyeong, que costó la vida a otros dos surcoreanos. Pero todo apunta a que va a comenzar un periodo más flexible tras el fallecimiento de Kim Jong-il.
Park Seong-choel, presidente de la empresa Shinwon, que tiene dos fábricas en Kaesong que emplean a 1.400 norcoreanos, asegura que los cambios ocurridos en Kaesong desde el establecimiento de la zona económica especial en 2004 son "inmensos" y que la evolución seguirá produciéndose en toda Corea del Norte "independientemente del líder" que ocupe el poder. Park, de 71 años, también viajó ayer a Kaesong, pero como Seúl no le permite dar el pésame, dijo que iba a "felicitar la Navidad a sus operarios".
Pyongyang anunció que abría sus puertas a todas las delegaciones de condolencia surcoreanas y se comprometió a garantizar su seguridad. Seúl tachó la oferta de "propaganda" que podría afectar al curso futuro de las relaciones intercoreanas.
La delegación surcoreana tiene previsto regresar hoy, ya que ninguna comitiva extranjera ha sido invitada a los funerales, que se celebrarán mañana, miércoles. El régimen ha ordenado el cierre de todos los puntos fronterizos con China, ha exigido a los comerciantes chinos que salgan del país hasta el día 29, después de la ceremonia fúnebre y ha impuesto la clausura temporal de los mercadillos fronterizos.
A la muerte de Kim Il-sung, padre de Kim Jong-il y fundador de la República Popular Democrática de Corea, en 1994, Seúl no expresó ningún tipo de condolencias y tampoco permitió los viajes al Norte.
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