Un pulso entre dos galaxias

Los prolegómenos fueron lo único que respetaron el orden establecido en una NBA en la que se dejan sentir ya los vientos de cambio. Las nuevas estrellas como Derrick Rose y Kevin Durant o algunas de las que llevan en la sala de espera algunos años como LeBron James o Carmelo Anthony parecen más resueltas y también con más argumentos que otras veces para derrocar el dominio de los Kobe Bryant, Kevin Garnett, Dirk Nowitzki o Tim Duncan de turno. De manera que, una vez que los Mavericks izaron a lo más alto del American Airlines Center la bandera que recordará para siempre el anillo que alcanzaron la pasada temporada, se sucedieron los varapalos para los equipos que han dominado durante los últimos años y que cuentan con plantillas más veteranas.

Pau Gasol, que anotó 14 puntos, falló dos tiros libres en los últimos instantes

En Dallas, en Los Ángeles, en Nueva York, en Oklahoma, en todas las ciudades donde se disputaron los cinco destacados partidos iniciales de la atípica temporada de la NBA, comprimida esta vez en 66 jornadas y cuatro meses en su fase regular, se vivió el simbólico bofetón al poder establecido. Perdieron de mala manera los Lakers ante los Bulls (87-88 con una canasta de Derrick Rose y un tapón a Kobe Bryant en su último intento a la desesperada), fueron vapuleados los Mavericks mucho más allá de lo que deja ver su resultado ante Miami Heat (94-105, con 37 puntos y 10 rebotes de LeBron James), cayeron los Celtics en Nueva York (106-104, tras un excelente partido con fallo final de Garnett seguido de su casi habitual salida de tono al echarle la mano al cuello a Walker), venció Oklahoma a Orlando (97-89 con 30 puntos de Kevin Durant y 6 rebotes y dos tapones de un Ibaka que solo tiró una vez y falló) y, por supuesto, también ganó el equipo que mejor encarna los nuevos tiempos, los Clippers de Los Ángeles, por 86-106 en la cancha de Golden State (con 20 puntos y 9 asistencias de Chris Paul y 22 puntos y 7 rebotes de Blake Griffin).

De todas las derrotas, la más sangrante por la forma en que se produjo fue la de los Lakers. En su primer partido de competición tras la era de Phil Jackson como entrenador y también sin Lamar Odom, traspasado a Dallas, el equipo que ahora comanda Mike Brown dejó escapar un triunfo que tenía en la mano cuando dominaba por 11 puntos (71-82) o todavía por 8 (85-77), faltando solo dos minutos para el final. Pero jugó fatal en esos minutos finales, en los que falló cuatro tiros libres, dos de ellos a cargo de Pau Gasol, que concluyó con 14 puntos, 8 rebotes, 3 asistencias y 3 tapones.

"Duele porque era un partido que podíamos y probablemente teníamos que haber ganado", dijo el pívot español, bajo la lupa tras la mala forma en que el equipo concluyó la pasada temporada y el frustrado intento de traspasarle a Houston hace dos semanas. "Tenemos que aprender de los errores y avanzar, intentar redimirnos de esta derrota". Kobe Bryant, que anotó 28 puntos y cometió ocho pérdidas de balón, sacó una lectura ambivalente de lo sucedido. "Esto se pone feo. Sí, estoy sorprendido por la derrota", admitió antes de matizar: "Pero he visto bastantes cosas positivas, bastantes. Por estoy muy satisfecho". Brown fue muy realista: "Es obvio que no hemos jugado bien los minutos finales. Hemos dejado de anotar, y eso, esté quien esté delante, no puede sucedernos. Además, hemos perdido balones y hemos fallado tiros libres". Los porcentajes de tiro del equipo de Los Ángeles fueron muy bajos, especialmente en los triples, con un 25% de acierto y en los tiros libres, con un 55%.

La única disculpa para los Lakers es que no pudieron contar con Andrew Bynum, sancionado. Cuando Brown pueda contar con él, confía en disponer de uno de los juegos interiores más poderosos de la competición, al que se ha añadido Josh McRoberts, que causó una buena impresión contra los Bulls, por su energía y determinación en el rebote y por dominar los espacios interiores.

Otra de las novedades, además de McRoberts, fue la inclusión en el quinteto inicial del alero David Ebanks, de 22 años y elegido por los Lakers en el puesto 43 del draft de 2010. La competición esta temporada va a ser vertiginosa: 66 partidos de fase regular por equipo en apenas cuatro meses y por eso los Lakers ya habrán jugado esta madrugada su segundo partido en Sacramento, al tiempo que estaba previsto que Ricky Rubio debutara con Minnesota ante Oklahoma y Rudy Fernández, con Denver ante Dallas, precisamente el equipo que, sin siquiera haberse estrenado en él, le traspasó a los Nuggets pocos días antes de que empezara la temporada. Por lo que parece, un pulso entre dos galaxias.