"El derecho a decidir no debe usarse como base para una secesión"
Las reivindicaciones soberanistas acostumbran a chocar con el centralismo en España, un país federal en la práctica, aunque no en la teoría. El nuevo Gobierno con mayoría absoluta del PP hace prever un escenario distinto al de la pasada legislatura, marcada por la debilidad del PSOE y sus cesiones al nacionalismo.
Pregunta. ¿Responde España a un modelo federal?
Respuesta. La teoría constitucional y la práctica difieren a lo largo de los últimos 30 años. La primera fija como sistema una monarquía parlamentaria, pero lo cierto es que se ha hecho cada vez más federal a través de la propia mutación de la Constitución, el debate político y las relaciones bilaterales entre el Gobierno central y los de las regiones. Es algo que nos alienta a pensar en la expectativa de una posible gobernanza semiautónoma dentro del Estado.
"Hay pocos ejemplos en el mundo de un Estado plurinacional"
"Está claro que las nacionalidades históricas requieren de poderes diferentes"
P. ¿En qué se diferencia el modelo español de otros federalismos que sí se reconocen como tales?
R. Depende de con cuál se haga la comparación, ya que hay muchas formas de entender el federalismo y ninguna es ideal. Lo cierto es que la especificidad de España es única, ya que es un Estado plurinacional y hay pocos ejemplos de esto en el mundo. Representa un caso interesante de multinacionalismo que ha recurrido a la descentralización territorial como solución. El problema radica en cómo alcanzar algún tipo de consenso sobre la manera en la que se distribuyen las competencias. Especialmente, sobre quién las decide y cómo se asignan.
P. ¿Se puede avanzar en el modelo autonómico español con nuevas competencias?
R. Desde luego. La flexibilidad resulta esencial en todo sistema federal.
P. ¿Y cabe un reparto desigual de poder entre las distintas comunidades autónomas?
R. Sí y no. Las comunidades autónomas son muy diferentes entre sí. Está claro que las nacionalidades históricas, como la vasca, requieren de poderes diferentes, más fuertes en algunos casos. No todas tienen por qué estar a la par. El problema es que se tiende hacia la simetría, porque las regiones que tienen menos piden más y un trato más uniforme. Creo que es un punto de tensión, pero no tiene por qué ahogar el modelo. Es algo normal en los sistemas federales. Ocurre en Canadá, Suiza, Bélgica... No es algo que tenga que ver en exclusiva con España.
P. ¿Está justificado el "derecho a decidir" que reclaman comunidades autónomas como Cataluña o Euskadi?
R. Difícil pregunta. La autodeterminación interna sería la respuesta sencilla. El derecho a decidir quién eres, sobre tu identidad política, está dentro del Estado español y no debe utilizarse como base para una secesión. Más autonomía sí, marcharse no. Hay que fijar límites.
P. ¿Necesita el derecho de autodeterminación un respaldo social más amplio?
R. Debe basarse en las elecciones, está claro, pero si se produjera un movimiento prosecesión y se llevara a cabo un proceso de votación en la comunidad autónoma y la mayoría de la población se decantara por la independencia, el resto de España debería celebrar un referéndum sobre el mismo tema, así que sería una mayoría doble la necesaria. Es lo que ocurre en Canadá. Si Quebec decidiese separarse de la unión, se celebraría una consulta en el resto del país para decidir sobre la secesión.
P. ¿Qué diferencias ve entre el poder de Euskadi o Cataluña y el que tienen Escocia o Gales?
R. Euskadi, para empezar, tiene bastantes más competencias fiscales. No conozco con detalle el alcance de los poderes aquí, pero Escocia los tiene en derecho civil, educación, política sanitaria y seguridad local. Son dos naciones con su respectiva historia, bandera e identidad territorial, pero el País Vasco tiene mucha más fuerza en el conjunto de España que Escocia en el Reino Unido.
P. El reconocimiento internacional no es igual, sin embargo.
R. Quizá porque Escocia ha desempeñado un papel más importante con Inglaterra que el que ha tenido el País Vasco con Madrid. La identidad escocesa se ha mantenido por acuerdo con los ingleses. No ocurre de forma tan visible en el caso de Gales. De todos modos, Cataluña también está ganando fama por el Barcelona y Bilbao se empieza a conocer como un sitio donde cuesta ganar un partido [risas]. El fútbol forma parte de la identidad para mucha gente.
P. ¿A qué se debe la expansión del federalismo?
R. Por todo el mundo estamos viendo un despertar de la diversidad, a lo que se suman factores de ámbito internacional, continental o nacional.
P. ¿Es un modelo que sirve para solucionar problemas de identidad o más bien los crea?
R. Depende del problema. Hay dos líneas de pensamiento. La principal dice que el federalismo no resuelve los problemas, pues algunos no se pueden solucionar, pero al menos sí que los gestiona. La segunda, minoritaria, dice que los procesos decisorios están agravando o acentuando los problemas, aunque en ningún caso los ocasionan.
P. ¿Están abocados a la desaparición los Estados clásicos?
R. Pienso que no, pero sí creo que los países van a adoptar más elementos federales.
P. ¿Será más atomizada la Europa del futuro o esta pasa precisamente por la unión de países?
R. La propia Unión Europea es un nuevo modelo federal en sí. No es algo del futuro. La idea federal es responsable de desarrollar la identidad europea y será el mejor antídoto contra los viejos nacionalismos que generaron las condiciones para la Segunda Guerra Mundial.
P. ¿Tiene sentido el creciente proceso de fragmentación o no resulta operativo?
R. El desarrollo de la idea federal genera espacios y ofrece oportunidades para que puedan desarrollarse las identidades, dando cabida a los cambios. No tiene por qué no ser operativa.
P. ¿Son muy distintos los problemas europeos al resto?
R. Hay enormes diferencias, por ejemplo, entre los continentes europeo y africano, en su mayoría relacionadas con la falta de una cultura democrática y los enormes problemas del desarrollo socioeconómico en el segundo de los casos. El federalismo en África solo sería práctico y aceptable siempre que fuera la respuesta para su desarrollo.
P. ¿Y en el resto del mundo?
R. Sería idóneo en el caso de América Latina y posiblemente en Oriente Medio, especialmente en los Emiratos Árabes Unidos e Irak. En este segundo caso, porque se trata de un Estado que acaba de superar un conflicto y cuya sociedad está profundamente dividida. El federalismo puede ser solución para evitar una guerra civil futura.
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