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Feijóo se desentiende de la crisis del Igape mientras Guerra rehuye las explicaciones

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, depositó ayer en su conselleiro de Economía, Javier Guerra, toda la responsabilidad en la gestión de la crisis del Igape, después de los sucesivos escándalos que forzaron el jueves la destitución del hasta ahora número dos del organismo, Javier Álvarez Barbeito.

El relevo del hasta ahora secretario general del Igape es una decisión que Feijóo atribuyó exclusivamente a Guerra para "abrir una nueva etapa", marcada por el nombramiento de un director general, Javier Aguilera, que sustituyó a Joaquín Varela, imputado en la Operación Campeón. Antes del cese de Barbeito, Guerra relevó al otro imputado del Igape en el mismo caso que investiga una juez de Lugo, Carlos Silva, íntimo colaborador de Barbeito, y cuya esposa recibió siete millones de euros en ayudas del brazo inversor de la Consellería de Economía. Preguntado sobre la investigación interna que anunció Guerra cuando destituyó a Silva, el presidente de la Xunta dijo: "Me gustaría que le pidiera al conselleiro esa información".

Pero ayer Javier Guerra no estaba para dar explicaciones de nada relacionado con el Igape. Su agenda tenía marcado un acto en la sede de la patronal gallega. El conselleiro entró en la sede de la Confederación de Empresarios de Galicia en Santiago con celeridad y anunciando que no iba a responder preguntas. Tras los discursos, evitó a la prensa saliendo por una puerta lateral de la sala a paso acelerado.Esta vez no se barnizó la defenestración con la fórmula del habitual "cese a petición propia". La Consellería de Economía e Industria informó ayer del nombramiento de la nueva secretaria general del Igape, Covadonga Toca Carús, en un comunicado en el que no hace ninguna referencia a su antecesor, Javier Álvarez Barbeito. Fue el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quién confirmó que se trata de una destitución, pero descargó toda la responsabilidad en el conselleiro, Javier Guerra, y apuntó que su objetivo es "abrir una nueva etapa" en un instituto de promoción empresarial acosado por los escándalos.

El hasta ahora número dos del Igape era considerado el principal valedor en ese organismo de Carlos Silva, que dimitió primero como subdirector cuando fue imputado en la Operación Campeón. Posteriormente fue rehabilitado como jefe de la Oficina Norte por Javier Guerra, que lo destituyó definitivamente tras conocerse que empresas de la esposa de Silva recibieron siete millones de euros de ayudas del Igape a través del Plan Ferrol. Barbeito asesoró además al instituto en los contratos por 18 millones de euros firmados con la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) para sustituir las oficinas exteriores del Igape por plataformas creadas por la propia CEG, para la que el ya exsecretario general trabajó hasta su incorporación al Igape. En esas plataformas colaboran empresas fundadas por Barbeito y en las que sigue al frente su exsocio. Fuentes de la patronal aseguraron ayer que esta colaboración se realiza sin ánimo de lucro y que no existe ninguna relación contractual con las empresas.

Pese a la constante defensa realizada por Guerra de la labor del Igape en esta legislatura, Feijóo justificó la apertura de una nueva etapa en el organismo tras el nombramiento de un director general. Ese nuevo director es Javier Aguilera, que sustituyó a Joaquín Varela, también imputado en la Operación Campeón, el caso de presunta corrupción en ayudas a empresas de Lugo que investiga una juez de esa ciudad. Ese relevo "conlleva cambios en el equipo directivo, y el segundo es el del secretario general", afirmó ayer Feijóo. El primero sería el de Carlos Silva, aunque entonces Guerra no ocultó que el relevo se produjo "porque hay algunos indicios".

El cese de Silva, que coincidió con la publicación por este periódico de las ayudas a la esposa del exsubdirector del Igape, vino acompañado por el anuncio de una investigación interna, de la que ayer se desmarcó Feijóo. Preguntado acerca de ese expediente, el presidente contestó: "Me gustaría que le pidieran al conselleiro esa información". Igualmente, se distanció del relevo de Barbeito, al afirmar que no es competencia del Consello de la Xunta, sino de Guerra.

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Mientras Feijóo hacía estas declaraciones, tras presidir la reunión semanal del Gobierno gallego, Javier Guerra esquivaba a los periodistas, en un acto con el presidente de la patronal, Antonio Fontenla, informa María Pampín. Guerra entró en la sede de la CEG en Santiago con celeridad y anunciando que no iba a responder a preguntas. Tras los discursos, evitó a la prensa saliendo por una puerta lateral de la sala con paso acelerado. Tanto fue así que incluso a Fontenla le costó alcanzarle para un último saludo.

El conselleiro evitó a los periodistas que lo esperaban en un acto en la CEG para preguntarle por los relevos en el Igape. En la imagen, sale por una puerta lateral.

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