Yo sí estuve allí
Siete años al frente del Gobierno español no se pueden valorar a fondo en unos días. El tiempo se encargará de dar a José Luis Rodríguez Zapatero el lugar que le corresponde en la historia de España, y en la historia del socialismo español. Desde una perspectiva más objetiva y sosegada, alejada de intereses personales o partidistas, se valorarán las decisiones del quinto presidente del Gobierno en democracia, situándolas en las categorías de aciertos o errores, según corresponda. Pero junto a esta valoración debería quedar constancia del inmenso apoyo que ha tenido, como presidente y secretario general del PSOE, por parte de los militantes socialistas. Un apoyo que, para muchos de nosotros, al final de este ciclo se transforma en agradecimiento.
Rodríguez Zapatero empezó su gestión como secretario general dando una lección de democracia. En un partido poco acostumbrado a las elecciones directas entre varios candidatos, Zapatero tendió la mano al que había sido su adversario e impuso un modelo de integración tan ejemplar como, por desgracia, excepcional. A partir del 2004, ya al frente del Gobierno, defendió el programa electoral con sinceridad y valentía. Ni sus peores críticos pueden negar que lo hubiera seguido haciendo en su segunda legislatura, si no le hubiera tocado gestionar la peor crisis económica que hemos conocido desde el crac del 29. ¿Cometió errores? Sin duda. Y con él todos los integrantes de sus equipos de gestión, tanto en el Gobierno como el partido. ¿Había otras alternativas, para dar respuesta a la crisis? Sin duda. Algunas tan nefastas como las que hemos visto en Grecia o Italia, donde se han elegido nuevos Gobiernos al margen de la voluntad de los ciudadanos. Zapatero se mantuvo al frente de un Gobierno legítimo y dio la cara hasta el último día de su mandato, para a continuación facilitar un traspaso ejemplar a su sucesor. Se dispone ahora a dar el relevo en la Secretaría General del PSOE, y se merece hacerlo contando con un reconocimiento de la militancia que sea, cuanto menos, proporcional a su compromiso con el partido.
Tras la derrota sufrida en las últimas elecciones, los socialistas tenemos por delante mucho trabajo que hacer. Un trabajo político que nos va a exigir inteligencia y un profundo ejercicio de autocrítica, pero también un profundo ejercicio de responsabilidad. Porque no sería decoroso que quien estuvo allí de manera evidente, y cabe decir entusiasta, aspirase ahora a sugerir lo contrario. Por eso, los abajo firmantes manifestamos que "sí estuvimos allí". Que formamos parte de los Gobiernos que presidió José Luis Rodríguez Zapatero y estamos orgullosos de ello. Que fue para nosotros un honor participar en los avances históricos en materia de derechos, de libertades, pero también de bienestar social, que se lograron en la primera legislatura. Y que asumimos plenamente el ejercicio de responsabilidad que caracterizó la segunda. Manifestamos nuestra convicción de que gracias a las políticas impulsadas por José Luis Rodríguez Zapatero en estos últimos años, se ha mantenido la cohesión social pese a la dureza de la crisis. Algo que, desgraciadamente, no se puede decir de otros países de nuestro entorno.
Se suele decir que las victorias son hijas de mil padres y las derrotas, huérfanas. Pues bien, muchos militantes del PSOE pensamos que esta derrota es tan amplia como colectiva. A los que hemos tenido responsabilidades en los últimos años, en el Gobierno o en el partido, nos corresponde ahora ejercer la autocrítica en primera persona del singular. Y en cambio creemos que muchos de los logros de los últimos años tienen nombre y apellidos: José Luis Rodríguez Zapatero. Gracias, presidente.
Gaspar Zarrías Arévalo, ex secretario de Estado de Cooperación Territorial. Víctor Morlán Gracia, ex secretario de Estado de Fomento. Beatriz Corredor Sierra, ex secretaria de Estado de Vivienda. Pilar Gallego Berruezo, exsubsecretaria de Interior. Jesús Salvador Miranda, exsubsecretario de Fomento. Fernando Puig de la Bellacasa, ex secretario general de Relaciones Institucionales de Fomento. José Luis Cachafeiro Vila, ex secretario general de Transportes. María Felicidad Montero Pleite, exsubsecretaria de Medio Ambiente, Rural y Marino. Mercedes Gallizo Llamas, ex secretaria general de Instituciones Penitenciarias. Joan Mesquida Ferrando, ex secretario de Estado de Turismo. Felipe Pétriz Calvo, ex secretario de Estado de Investigación. José María de Luxán, exsubsecretario de Trabajo e Inmigración.
Soraya Rodríguez Ramos, ex secretaria de Estado de Cooperación Internacional. Inmaculada Rodríguez Piñero, ex secretaria general de Fomento. Consuelo Rumí Ibáñez, ex secretaria de Estado para la Función Pública. Diego López Garrido, ex secretario de Estado para la Unión Europea. Justo Zambrano Pineda, ex secretario de Estado de Seguridad. Javier Vallés Liberal, exdirector de la Oficina Económica de la Presidencia. José Enrique Serrano, exdirector del Gabinete de la Presidencia del Gobierno. Félix Monteira de la Fuente, ex secretario de Estado de Comunicación. Josep Puxeu Rocamora, ex secretario de Estado de Medio Rural y Agua. Anna Terrón i Cusí, ex secretaria de Estado de Inmigración y Emigración.
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