La crisis obliga a la Cámara de Alicante a reducir su plantilla
El desplome de ingresos dejará en la calle al 10% de los trabajadores
Los números son tozudos. La Cámara de Comercio de Alicante, que preside Enrique Garrigós, aprobó ayer un plan de austeridad para hacer frente al desplome de ingresos previsto. El pago de cuotas deja de ser obligatorio, las Administraciones le deben cinco millones y la crisis hace el resto. El plan incluye un importante recorte en dietas que, por ejemplo, limita cada comida a un máximo de 15 euros, rebaja el coste de los hoteles, elimina nueve de los 15 móviles y recorta en viajes. La Cámara también reducirá su plantilla un 10% con un plan de bajas incentivadas voluntarias al que se han acogido ya unos siete trabajadores. De no completarse esta vía, la entidad recurriría a un ERE. Ayer también se acordó rebajar un 5% el sueldo a los directivos.
La entidad cerrará tres oficinas, ubicadas en Ibi, Guardamar y Petrer. Los dos primeros Ayuntamientos no pagan el salario del empleado, tal y como se comprometieron.
El pleno acordó por unanimidad estas medidas. La entidad aprobó un presupuesto de gastos de 7,15 millones, un 14% menos. Y para hacer frente a la prestación de servicios, la Cámara pedirá un aval al Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) de casi tres millones ante los impagos del Consell, principalmente, que suman cinco millones.
La Cámara ha definido un agresivo plan para captar ingresos alternativos. La intención, puntualizó, es "recuperar" hasta 9.000 empresas. Y ha decidido marcar el paso a los empresarios miembros del pleno, aplicando el reglamento ya existente y que supondrá la expulsión del mismo de quienes sumen tres faltas injustificadas a las reuniones. Y los plenos pasarán de celebrarse cada dos meses a ser mensuales. "Cuando hay que hacer un esfuerzo, lo tenemos que hacer todos", resumió un miembro del pleno tras la sesión.
