_
_
_
_
Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Dos, eran dos

Si Camps y Costa han pactado no hacer ostentación de amistad mientras comparten banquillo, solo cabe felicitarles. Brillante coreografía. Pero desde que Camps le sostuvo de mentira en el cargo para 20 horas después defenestrarle de verdad, la sensación es que pintan bastos entre ellos. Les unen la fuerza coercitiva del banquillo, sonrisas de espejo y palabras telegráficas. Pero sus miradas rezuman soledad.

Debe de ser engorroso para Costa que su mitificado exjefe escuche codo con codo los manejos e irreverencias ("El curita", le llamaban) que se traía con El Bigotes. ¿Pero quién no era "amiguito del alma" de Álvaro Pérez? Ellos dos sí. Porque antes, Camps y Costa eran dos. Y ahora ni saben quién acumula más resquemor hacia el otro. Tienen motivos recíprocos.

Más información
La fábrica de los trajes confirma que confeccionó 12 prendas para Camps

Aunque no hay miedo. Camps ya no es Francisco Camps. Lejos quedan las luces de aquel 20 de mayo de 2009, cuando un sonriente presidente (la procesión iría por dentro) declaró ante el juez Flors abrigado por la plana mayor del PP de Valencia.

De aquel cuadro quedan las sombras. La difuminada de Juan Cotino, bien colocado en la presidencia de las Cortes. Y la de algún que otro cargo de segundo nivel. Pero ni rastro, por ejemplo, del bolso rojo de Louis Vuitton que Rita Barberá exhibió mientras posaba exprofeso con él ante las televisiones.

Para Camps es tiempo de recogimiento y familia. Ni un día ha dejado de asistir al juicio su esposa, Isabel Bas. Viste ropas oscuras que realzan su pelo rubio y a veces departe con su suegra entre las penumbras del Palacio de Justicia de Valencia. Las luces ahora son de luto.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_