La reforma de La Rambla de Trias prima a los agentes económicos

El gobierno de Xavier Trias relega a un segundo plano a las entidades vecinales del distrito de Ciutat Vella en sus planes de transformación del paseo de La Rambla de Barcelona. El llamado Pla Cor persigue poner en orden la mundialmente conocida Rambla tomando en consideración, de forma preferente, las opiniones de todos los agentes económicos, culturales y sociales que rodean el paseo. En ese primer círculo también se encuentra la Asociación de Amigos, Vecinos y Comerciantes de La Rambla. El resto de las asociaciones y entidades del distrito -por ejemplo, las asociaciones de vecinos de los barrios, que suelen ser la voz más crítica-, y los consejos de barrio, no estarán integrados en ese primer círculo del proceso al que han bautizado como Rambla Viva.

El proyecto, cuyas actuaciones y calendario de ejecución están pendientes de determinar, prevé una inversión de 10 millones de euros en un plazo de seis años, entre 2012 y 2018. La regulación de todas las actividades económicas que se concentran en el paseo con el plan de usos a revisión, la supresión de señales y mobiliario urbano, además de la reducción del tráfico, son algunas de las ideas. El primer elemento que se someterá a este proceso de debate son las estatuas humanas del paseo. Sin querer avanzar cuál es la idea del gobierno municipal antes de sentarse con los afectados -lo harán el próximo 12 de enero-, la introducción de una tasa por ocupación del espacio público, como una forma de regular esa actividad, no se descarta. Trias considera que los quioscos que sustituyeron a los pajareros "son horribles y se deben quitar".

Pero cómo, cuándo y cuánto costará no lo determina: "Mientras exista la acción judicial, no se podrá cerrar", apuntaba la regidora de Ciutat Vella, Mercè Homs. Y el asunto puede ir para largo ya que todavía no se ha producido la primera sentencia sobre la decisión municipal de anular la concesión que firmó con los pajareros.