Tomás Gómez prepara el escenario para la sustitución de Zapatero

El comité regional del PSM fue ayer un preludio de la cita en la que los socialistas deben elegir al sustituto de José Luis Rodríguez Zapatero. El secretario general de Madrid, Tomás Gómez, abrió la cita con un informe político en clave nacional. Reclamó más participación de la militancia, culpó a la crisis y a las políticas de Zapatero de la peor derrota socialista y pidió un giro a la izquierda del partido. Gómez intentó disipar dudas sobre su supuesta candidatura respaldando a la dirigente catalana, Carme Chacón, si finalmente se postula como futura líder del PSOE. El debate "debe ser de ideas y no de personas", dijo Gómez.

"En tiempos de tribulaciones, hay que mudar", añadió. No hubo nombres, pero sus críticos interpretaron esta frase como un ataque directo al otro posible candidato a la secretaria general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. El comité regional es la antesala para definir la postura que llevará Madrid al congreso federal, previsto entre los próximos días 3 y 5 de febrero en Sevilla. "Lo que está en juego hoy son los nombres de los delegados que acudirán a ese congreso en representación de esta federación", según un exdirigente crítico, que considera que Gómez intentará aglutinar el mayor número posible de apoyos a su opción, algo para lo que, según cree, encontrará oposición.

"En tiempos de tribulaciones hay que mudar", dijo el líder del PSM

Madrid cuenta con 79 delegados de los 950 nacionales, más del 8%. Sus nombres serán elegidos los próximos 20 y 21 de enero en un congreso regional extraordinario, que se conoce como congresillo. Tras las primarias para elegir al candidato a las últimas elecciones regionales de mayo -en las que Gómez desbancó a Trinidad Jiménez- el partido quedó dividido y surgió un incipiente sector crítico que ha empezado a hacer movimientos. Ayer hubo algunas voces significativas contra el secretario general, al que reclaman que sea integrador y aplique más democracia interna. Casi 90 miembros del comité regional (que cuenta con medio millar) pidieron la palabra tras la intervención inaugural de Gómez. Entre ellos, dos antiguos secretarios generales de la federación madrileña. Jaime Lissavetzky pidió a Gómez que trabajara "sin exclusiones". El portavoz municipal socialista en el Ayuntamiento de Madrid, cercano políticamente a Rubalcaba, le solicitó un pacto "intergeneracional" en el que evitara la confrontación "del conmigo o contra mí".

Rafael Simancas hizo unas declaraciones a los periodistas antes del inicio del comité. Consideró que Rubalcaba "tiene crédito de sobra" para ser elegido y abogó por "mantener aquello que funciona". En la reunión a puerta cerrada se mostró contrario a lo que llamó "la fórmula del punto y aparte" de Gómez y pidió "no romper" con el pasado.

Pedro Castro, exalcalde de Getafe e histórico dirigente del socialismo madrileño, también le reclamó "que no excluya a nadie". Castro, que apoyó a Jiménez en las primarias, fue el más duro, según varios asistentes consultados. "El que no es útil en la oposición, será un inútil en el Gobierno", señaló.

El diputado José Cepeda, que apoyó a Gómez en el proceso de primarias, hizo un alegato aplicable tanto al PSOE como al PSM contra "el modelo de culto al líder y culto a la persona". Y el secretario general de las Juventudes Socialistas, Daniel Méndez, diputado en la pasada legislatura y miembro de la ejecutiva regional, le reprochó que no había sido convocado a la reunión que Gómez mantuvo con un grupo de jóvenes socialistas hace tres semanas.

Tomás Gómez reclamará una reforma estatutaria en el congreso federal de febrero para que todos los afiliados participen en la elección del secretario general y otra reforma para que se elija al candidato "al modelo francés", con el voto de afiliados y simpatizantes. Los críticos le reprochan que reclame más participación en clave nacional mientras "tiene miedo al debate" interno.

Ayer se aprobó la fecha para el próximo congreso ordinario del PSM en el que Gómez se somete al escrutinio madrileño. Será entre los días 2 y 4 de marzo. Un participante de otro de los foros críticos contra Gómez, el miembro de la dirección socialista Félix García Lausín, reclamó ayer antes del comité que la reunión se retrase un mes más, como permiten los estatutos, para "aprovechar al máximo" el tiempo de debate.

La plataforma minoritaria Mas Izquierda Madrid, crítica con Gómez, le acusó de buscar un "congreso regional exprés" en el que "dejarlo todo atado y bien atado" y evitar así un posible movimiento opositor. "La mayoría de las federaciones están convocando en fechas similares", replicó la presidenta del PSM y diputada nacional Delia Blanco, que considera que retrasar más la convocatoria supondría "paralizar el partido".

Una portavoz oficial del PSM informó al final del comité, que duró siete horas, de que las fechas propuestas se aprobaron con el respaldo de todos los presentes "y una única abstención". No dio cifras del escrutinio. Según varios dirigentes críticos, la mitad de la ejecutiva se ausentó durante la votación.