Navarro excluye del 'núcleo duro' a los seguidores de Montilla y Maragall

Pere Navarro reclamaba caras nuevas para el PSC cuando era candidato a liderar el partido y, una vez cumplido ese objetivo, ayer convirtió el deseo en realidad. El nuevo líder del socialismo catalán ha configurado una dirección de la que ha apartado a los dirigentes de la etapa de José Montilla y ha fulminado a los seguidores de Pasqual Maragall, quienes apostaron por Àngel Ros en la carrera sucesoria.

"Me comprometí a hacer un congreso de renovación, de cambio real y no podíamos defraudar las expectativas que habíamos generado", dijo en declaraciones a EL PAÍS. "Se trata de un equipo totalmente nuevo, con mucha convicción y capacidad de trabajo", añadió.

De los 727 votos emitidos ayer, 604 delegados apoyaron la nueva ejecutiva (83,08%), hubo 16 nulos y 107 en blanco (14,7%). Aunque la votación fue secreta, y no a mano alzada, como venía sucediendo hasta ahora, buena parte de ese voto de castigo podría corresponder a los seguidores Àngel Ros, que el día antes de iniciarse el congreso se fotografió con Pasqual Maragall, después de que suscribiera un manifiesto de apoyo al alcalde de Lleida. Ros decidió finalmente y para sorpresa de buena parte de los delegados, retirar su candidatura para liderar el PSC.

La nueva ejecutiva está compuesta por 43 personas, pero Navarro ha configurado un núcleo duro (secretariado), con 12 personas, además de él mismo. Siete son alcaldes. Además de Pere Navarro, (Terrassa), también lo son Antonio Balmón, de Cornellà, y que será el número tres del PSC como secretario de acción política. Ambos, junto con Daniel Fernández, diputado en el Congreso, formarán el tridente directivo del nuevo PSC. El resto de alcaldes del secretariado son Manuel Bustos (Sabadell), como secretario de política municipal; Núria Parlón (Santa Coloma de Gramenet); Josep Fèlix Ballesteros (Tarragona), como secretario de política europea y para el Mediterráneo; Núria Marín (L'Hospitalet) como secretaria de cambios sociales y medio ambiente, además de Àngel Ros.

Ninguno de los 13 pertenece a lo que fue el maragallismo, excepto Àngel Ros, designado secretario del área de cohesión territorial, un cargo que se considera menor. Solo se ha salvado de ese sector catalanista la exconsejera Marina Geli, mientras que Ernest Maragall y Antoni Castells no han repetido en la ejecutiva. Los tres firmaron en su día en favor de Ros. Tampoco repite en la ejecutiva la exconsejera Montserrat Tura, al contrario que Joaquim Nadal, que lo hace por ser presidente del grupo parlamentario en la Cámara catalana.

Por el contrario, el sector catalanista agrupado en torno al obiolismo mantiene una buena cuota de representación en la ejecutiva. Posiblemente así se explique que la dirección obtuviera el 83% de apoyo, 10 puntos más de los que logró Pere Navarro como primer secretario (73%). A ese cargo también aspiró Joan Ignasi Elena, representante de la corriente obiolista de Nou Cicle, que logró el 25% y que formará parte del secretariado como responsable de innovación política e impulso de la alianza catalana de progreso.

El equipo que tuvo José Montilla también queda neutralizado, pero menos, en la nueva ejecutiva, de la que desaparece José Zaragoza, secretario de organización. Miquel Iceta continuará mientras sea miembro de la ejecutiva del PSOE, mientras que el exministro Celestino Corbacho mantiene su presencia por ser presidente del consejo nacional del PSC, aunque el 31,8% de los delegados votaron ayer en blanco la enmienda a los estatutos para que pudiera entrar en la dirección.

De ese sector que ha gobernado el partido más de una década también han sido excluidos la exalcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Manuela de Madre, actualmente diputada, igual que Joan Ferran. El histórico Josep Maria Sala se mantiene en la dirección, igual que la diputada autonómica Lídia Santos y el diputado en el Congreso Joan Rangel.