Rihanna apabulla en el Palau Sant Jordi
Si la intención era rendir al público por apabullamiento, Rihanna lo consiguió. En un concierto de generoso minutaje, la diva del pop bailable desplegó anoche un espectáculo vistoso, dinámico y resultón, aunque no especialmente imaginativo. Con un sonido potentísimo y un despliegue de imágenes, las 18.000 personas que llenaron el Palau Sant Jordi se sintieron sobrepasadas por un torbellino de estímulos que funcionaron por acumulación. Rihanna, vestida siempre de manera sucinta, destacó mucho más por su voz poderosa que por sus limitadas dotes de bailarina. En el apartado comunicativo demostró saber pronunciar la palabra Barcelona.
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