"Reconozco que maté a María Mercedes, pero no sé por qué"

El dominicano Larquín Rodríguez Noboa se declaró ayer culpable de haber matado a cuchilladas a María Mercedes Alejo Saviñón, una chica de 12 años, el 25 de julio de 2010 en el distrito de Puente de Vallecas. Fue durante la primera sesión que se sigue contra él en la Audiencia Provincial de Madrid por los delitos de asesinato y de tentativa de agresión sexual. "Estoy pagando por lo que hice, pero no sé por qué lo hice", declaró en el juicio. Parco en palabras y con grandes lagunas de memoria, admitió el crimen, pero negó que intentara abusar de la menor.

Larquín Rodríguez se negó al principio a contestar a las preguntas del fiscal, pero luego por recomendación de su abogado lo hizo. "Había estado toda la noche bebiendo mucho alcohol y consumiendo mucha droga, cocaína. Cuando llegué a casa, solo estábamos ella y yo", declaró el acusado. El acusado llevaba una semana viviendo con la joven, su madre y un hermano de esta, en una casa en el número 22 de la calle de Pico Cejo, cerca de la avenida de la Albufera.

"Esa noche me tomé cuatro gramos de cocaína", afirmó el procesado

"No recuerdo nada", fue la frase que más utilizó durante su corta intervención. Eso sí, le bastó para confesar la autoría del asesinato: "Reconozco que la maté, pero nunca intenté mantener un contacto sexual con ella".

Tras matarla, el hombre acudió al piso de una mujer con la que había convivido hasta su traslado a la calle de Pico Cejo y se cambió la camisa. Estaba manchada de sangre, por lo que se puso un jersey. Después se marchó a la zona de la plaza de Castilla, donde desayunó en un bar. Cuando terminó, se marchó a la estación de Avenida de América y cogió un autocar a Zaragoza.

A la mañana siguiente se entregó en la comisaría de Delicias de la ciudad aragonesa. "No recuerdo dónde le di las puñaladas o si volví al domicilio tras el crimen. Estaba muy nervioso. Esa noche me tomé cuatro gramos de cocaína", declaró el acusado, que protestó porque no le hubiesen hecho pruebas de orina tras la detención, ni análisis de pelo en las semanas posteriores para detectar el consumo de estupefacientes.

La autopsia determinó que María Mercedes murió tras recibir una cuchillada en el tórax, que le seccionó la arteria pulmonar y el pulmón izquierdo. Falleció de forma rápida e inevitable, sin que tuviera ocasión de defenderse. De hecho, el cuchillo, que tiene una hoja de 20,5 centímetros de longitud, le fue mostrado ayer en el juicio y Rodríguez lo reconoció sin ningún tipo de dudas.

El fiscal y la acusación particular le piden 17 años por el asesinato y tres por el intento de agresión sexual. Durante su testimonio se tapó varias veces la cara con ambas manos y agachó la cabeza en señal de dolor. También manifestó que estaba muy apenado por lo ocurrido. "Después de los 20 años de cárcel, daría mi vida por el dolor que está sufriendo la madre de María", fueron las últimas palabras que pronunció.

Pese a que el acusado se declaró culpable, el juicio que se sigue por el procedimiento del jurado continuó con las declaraciones de los peritos. Está previsto que quede visto para sentencia esta semana.