La vida de una persona digna

Germán Díaz emigra siendo niño a Cádiz desde una aldea de Cantabria. Desde su infancia comprenderá el valor de la cultura y la educación para hacerse un lugar en el mundo. Su carácter luchador le llevará a convertirse en abogado y ejercer esta profesión en Sevilla. Y en ese trabajo luchará contra la injusticia. Pero el poder de los estratos sociales más elevados le hará pagar cara su osadía hasta llegar al fracaso. Germán es el protagonista de la novela Lazos de humo (Temas de Hoy), de María Iglesias (Sevilla, 1976).

La novela recorre un periodo apasionante de la historia española. El quicio entre los siglos XIX y XX es visto a través de los ojos de Germán y otros personajes que le ayudan en su andadura, como Eliseo Aramburu y Pedro Alvieres, que contribuyen a dar satisfacción a su afán de conocimiento. Las mujeres estarán presentes en una vida marcada por el fracaso sentimental. Germán pierde el amor de Leticia y se casa con Berta en un matrimonio que será desastroso. Lazos de humo rondó durante años la cabeza de Iglesias, que es licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y premio especial de su promoción. Lazos de humo es su primera novela.

El protagonista de 'Lazos de humo' paga un precio alto por su honestidad

La obra dedica mucho espacio a los finales del siglo XIX, un periodo esencial para conocer la España de hoy. "Me ha gustado confirmar una intuición: que tenemos más en común con esa generación de bisabuelos que con la de nuestros abuelos. Me ha gustado recuperar esa generación anterior y reconectar con ella. Ahí hay unos orígenes que nos pueden ser muy útiles. A finales del siglo XIX se produce la incorporación de la mujer a la Universidad, la política, el arte... Es un periodo prometedor que se frustró. Se pensaba que el progreso de la razón llevaría al progreso del bienestar, a un desarrollo inacabable. Eso se frustró con las Guerras Mundiales y con el crash del 29. En España se frustró con la derrota del 98 y la Guerra Civil", explica Iglesias.

Germán se lanza en su labor como abogado a luchar contra las injusticias, algo que pagará caro. "Germán no es consciente de que desempeñar su trabajo de abogado con honestidad le vaya a costar un precio tan alto. Germán actúa conforme a su conciencia y es a posteriori cuando se da cuenta de que a veces no se perdonan la libertad y la independencia. Germán mantiene su coherencia. Lo han educado en la creencia de que si estudiaba, si ejercía bien su profesión como abogado, tendría una vida digna. Él no quiere venderse. No es que no sienta miedo ni quiera ser feliz. Pero su dignidad siempre está un punto por encima del miedo", comenta Iglesias. Germán se enfrenta a la sociedad cerrada de Sevilla. "No dominaba los códigos de Sevilla, no pertenecía a las cofradías, a las instituciones sociales sevillanas... Recibió un varapalo y no pudo y no supo sobreponerse", afirma la novelista.

Eliseo Aramburu y Pedro Alvieres ayudan a Germán en el camino hacia la educación y el conocimiento. "Germán se da cuenta cuando conoce a Eliseo y a Pedro de que otra vida es posible aparte de la vida de vaquero y carbonero. Se da cuenta de que saber y conocer no solo es un placer sino que te da unas herramientas para manejarte en la vida y que no te puedan pisotear. Él confía en eso. Y por eso le cuesta tanto aceptar que el juego no funciona así. Cuando es mayor le cambian las reglas sin avisar", concluye Iglesias.