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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

John Neville, el rostro del barón

Munchausen Popular por su trabajo en la obra de Terry Gilliam, fue uno de los grandes nombres de la escena británica

Gregorio Belinchón

Un día de 1972 John Neville decidió cambiar su vida. Y lo hizo. Y cómo. Probablemente al espectador de cine su cara le suene como el protagonista de Las aventuras del barón Munchausen, la versión de Terry Gilliam, y al de televisión por su personaje en Expediente X entre 1995 y 1998, un papel que recuperó en la primera película sobre la serie en 1998. Pero para el aficionado al teatro anglosajón la muerte de Neville el pasado día 19 a los 86 años ha sido un mazazo. El intérprete y director construyó dos carreras, primero en su Inglaterra natal, y después, desde 1972, en su Canadá adoptiva, y ambas estuvieron jalonadas de éxitos.

John Neville nació en un suburbio de Londres el 2 de mayo de 1925. Después de la II Guerra Mundial, en la que participó en la Armada Real estudió en la prestigiosa Royal Academy of Dramatic Art, y muy rápidamente despuntó su talento: en 1953 ya era miembro del Old Vic y se convirtió en el protagonista habitual de las comedias románticas que se representaban en su escenario, a pesar de que él prefería los dramas. Antes de que su nombre estuviera en boca de todos los críticos, que le igualaban con Richard Burton o Peter O'Toole, Neville ya se había casado -en 1949- con Caroline. Sesenta y dos años después, Caroline, aún su esposa, y sus seis hijos, acompañaron en sus horas finales en la residencia en la que estaba internado en Toronto a Neville, que desde hace años padecía de alzhéimer. Volviendo a su carrera artística, el actor supo combinar los clásicos como Hamlet, Otelo y Romeo y Julieta, con papeles protagónicos en las salas del West End, donde triunfó con el musical Irma la dulce y con Alfie. Cuando le propusieron fichar por el National Theatre, dirigido por Laurence Olivier, Neville decidió dar un paso en otro sentido y convertirse en el director artístico y primera estrella de Nottingham Playhouse. En 1965 fue nombrado Oficial de la Orden del Imperio Británico, mientras compatibilizaba su trabajo teatral con la televisión y el cine: ese año de 1965 llegó a encarnar a Sherlock Holmes para la gran pantalla en Estudio de terror. Su popularidad televisiva le llegó en 1969, cuando para la BBC-2 trabajó en Los primeros Churchill, miniserie de tanto empaque que tres años después se emitió, también con muy buenas audiencias, en EE UU.

La crítica le comparaba con Richard Burton o Peter O'Toole

Sin embargo, Neville estaba cansado de Inglaterra y en 1972 toma la decisión de emigrar a Canadá. Se instala en Edmonton y dirige allí el Citadel Theatre de 1973 a 1978, que bajo su batuta, vende más del 90% de su aforo, gracias a la apuesta del inglés por mezclar clásicos con obras escritas por dramaturgos canadienses. En los años ochenta también será director artístico del Neptune Theatre, en Halifax, de 1978 a 1983; y del Stratford Festival en Stratford (Ontario) de 1984 a 1989. Su impacto en el teatro canadiense fue tal que el Gobierno le concedió la ciudadanía y más tarde le nombró Miembro de la Orden de Canadá, el más alto honor para un civil en ese país.

Al vivir en Canadá, Neville se alejó del cine y de la televisión, hasta que Terry Gilliam le rescató en 1988 para Las aventuras del barón Munchausen, filme en el que fue capaz de encarnar al protagonista con 30, 50 y 70 años. La película fue un desastre comercial, pero el trabajo de Neville se mantuvo en la retina de los directores de reparto que le llamaron durante las dos siguientes décadas para series como Expediente X (que además se rodaba en Canadá), Star Trek: la nueva generación, Queer as folk o Perdidos en el Amazonas, o en películas como El balneario de Battle Creek, Mujercitas (la versión con Susan Sarandon, Wynona Ryder y Kirsten Dunst), Sabotaje, Regeneration, Mentes peligrosas, El quinto elemento, la ya mencionada Expediente X, Leyenda urbana, Sunshine, de István Szabó, y en este siglo, en Crimen y castigo con Vanessa Redgrave, Spider, de David Cronenberg; La sentencia, con Tilda Swinton y Michael Redgrave, o Laberinto de mentiras, con Emily Watson y Tom Wilkinson.

John Neville, caracterizado como Munchausen.
John Neville, caracterizado como Munchausen.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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