Jaroussky hace gala de técnica y facultades en el Teatro Colón

El contratenor Philippe Jaroussky obtuvo un gran éxito en su monográfico de Haendel en el Colón, junto a la Freiburger Barockorchester. Dirigida por su concertino, Petra Müllejans, su afinación es más precisa de lo habitual en estas formaciones, con una musicalidad y un grado de precisión realmente notables. También lo fueron los solos de Müllejans y la solista de segundos violines, Beatrix Hülsemann en el Concerto grosso op. 6 nº 6 y de la laudista, Shizuko Nofri, en la Zarabanda de Almira, en su precioso tema inicial, el de la célebre aria Lascia ch'io pianga.

Fue un programa perfectamente diseñado para encarrilar positivamente desde su inicio las reacciones del público: Sin solución de continuidad con la obertura inicial, Agitato da fiere tempeste es un aria con agilidades que asombran al respetable y calientan el ambiente, pero de carácter demasiado impetuoso para la voz de contratenor. Esta, por su emisión y apoyos limitados, es necesariamente pobre en armónicos, plana. Y arias escritas para soprano o castrato con el brillo de todo su aparato fonador, pueden quedar reducidas a una exhibición de técnica y virtuosismo.

Pero Jaroussky no es solo un fenómeno de mercadotecnia, sino un gran músico y, además de mostrar sus facultades y técnica, expresó a la perfección en las piezas más adecuadas a su voz, como las que cerraron ambas partes para regocijo al alza de público y afición: Con l'ali di constanza y Come nubbe che fugge dal vento.