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GOLPE DE FONDO | TENIS | Fianl de la Copa Davis
Columna
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Con la piel de gallina

Es increíble. Voy por el túnel que me lleva desde los vestuarios del equipo hasta la pista de La Cartuja. Oigo todos los cánticos de la afición española. Ruido. Se me pone la piel de gallina. Casi empiezo a llorar de la emoción. Controlo esas emociones, piso la tierra y floto. Siento seguridad. El peligro es que me pueda la presión, que no pueda jugar, que me atenacen las emociones. Yo siento que no puedo perder... y no pierdo, sino que gano y logro la Copa Davis. Todo eso me ocurre a mí en el cuarto punto de la final de 2004, contra Andy Roddick, ante Estados Unidos y en Sevilla, y seguro que le pasará a Rafa Nadal hoy cuando juegue contra Juan Martín del Potro con un marcador idéntico (2-1) al de entonces.

Nadal puede sentenciar. Debe bloquear lo negativo, no tener una mentalidad de autopresión
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Veo muchas similitudes entre aquella final de 2004 y esta de 2011. Hasta ahora, tanto el guion de los partidos como los resultados parecen calcados. Espero que se dé el mismo desenlace. Es la situación que cualquier jugador espera: sentenciar la Copa Davis. Saber que eso está en tus manos, y que tu equipo tiene además la posibilidad de ganarla en el siguiente partido, es una sensación muy bonita, de mucha tensión... pero sabiendo que la presión máxima la tiene el rival, que es el que no tiene margen de error.

En esa situación, hay que bloquear lo negativo. La mentalidad no puede ser de autopresión, no debes sentir que estás ante un problema. Intentas ser positivo. Pensar que estás ante un encuentro con el que todo el mundo sueña, que es una oportunidad única. Recordar que hay tenistas muy grandes que nunca la han tenido y difícilmente la tengan, como Roger Federer, que se está perdiendo algo distinto y especial, porque emocionalmente, por dentro, no hay nada como ganar el punto decisivo jugando en casa. Es una magnífica responsabilidad. Ojalá que no haya que ir a un quinto partido.

Si por desgracia se llegara a esa situación deberían jugar David Ferrer y David Nalbandian. El argentino está ante una de sus últimas oportunidades... y es la más difícil. Aquí su equipo juega contra la mejor selección, en su mejor superficie y con todos sus jugadores al ciento por ciento. El otro día escribí que la historia le debe una Copa Davis a Argentina, pero lo que no consigues hoy nadie te asegura que lo conseguirás mañana. Si se retira sin este trofeo, sentirá que la oportunidad perdida fue la de Mar del Plata 2008. Sería una pena para alguien de su talento, porque Nalbandian es un pedazo de jugador. Lo hace todo. Ahora tiene casi 30 años. Bien físicamente, en plena juventud, te ganaba el dobles prácticamente él solo, y te aseguraba casi tres puntos. Muy bien acompañado por Schwank, ayer dominó el duelo por el tercer punto de la eliminatoria, que no fue el mejor partido de Fernando Verdasco y Feliciano López. Ellos serán los que peor lo hayan pasado. Un mal día lo tiene cualquiera. Hoy toca ganar y que Sevilla pasee la quinta Ensaladera.

Del Potro.
Del Potro.ALEJANDRO RUESGA

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