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La "razón oscura": todos los abortos fuera

Diez cirugías cardíacas a niños cada año, seis pacientes tratados en la unidad del sueño, 20 neurocirugías urgentes... y 500 abortos anuales. La larga lista de procedimientos médicos que exigió La Rioja a Euskadi como compensación por volver a atender a enfermos de la Rioja Alavesa en las consultas de especialistas de Logroño finaliza con la solicitud de 500 interrupciones voluntarias del embarazo. Esto implicaría desviar al Servicio Vasco de Salud la práctica totalidad de los abortos a la comunidad vecina, ya que en 2009 La Rioja contabilizó 507 procedimientos de este tipo.

El lehendakari, Patxi López, aludió ayer a este punto como la "razón oscura" del conflicto sanitario, asegurando que a su homólogo riojano, Pedro Sanz, "no le gusta que las mujeres de su comunidad puedan abortar". Los abortos son el 56% de los procedimientos que La Rioja pide a cambio de atender a pacientes vascos. Sanz no tardó en razonar la petición de su Gobierno a través de un comunicado, asegurando que lo hacía porque la objeción de conciencia a la que se pueden acoger libremente los profesionales obstaculiza que la sanidad pública asuma todos los abortos y obliga a pagar a clínicas privadas.

Es algo que quiere evitar desviando los abortos a Euskadi y es precisamente la manera en que el País Vasco tiene articulado su sistema para afrontar la demanda de interrupciones de embarazos. Los abortos de mujeres embarazadas de menos de doce semanas en Euskadi y aquellos sin riesgo se practican en siete clínicas acreditadas cuyo coste asume el Departamento vasco de Sanidad. Aunque Osakidetza no tiene un problema de escasez de profesionales por la objeción de conciencia, reserva a los hospitales públicos los casos en los que existe peligro de la salud de la madre o una malformación del feto, ya que los recursos humanos con los que cuenta el Servicio Vasco de Salud son insuficientes para practicar el total de abortos. En 2010, Euskadi contabilizó 3.948 interrupciones.

De ellos, 682 eran abortos de mujeres de otras comunidades, la mayoría navarras, ya que la comunidad foral no realizaba estos procedimientos ni había clínicas que permitieran adoptar fórmulas como la vasca. También se atienden casos de Cantabria desde octubre. El Gobierno riojano negó a este periódico los datos sobre el número de profesionales que La Rioja tiene identificados como objetores de conciencia y rechazó proporcionar la cifra de mujeres embarazadas que acuden a otras regiones con intención de abortar.

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