Raíces
Se ha convertido ya en un lugar común de la derecha española, siguiendo la doctrina del Papa filósofo, la reivindicación de la esencia cristiana de Europa. La última ha sido Esperanza Aguirre, quien, ante un selecto auditorio de representantes de escuelas católicas, ha afirmado que "los extraordinarios valores que nos ha legado el cristianismo constituyen la base de la civilización occidental".
Y ya va siendo hora de desenmascarar esta falacia.
Porque si la "civilización occidental" puede vanagloriarse de algo es del extraordinario avance científico y del conocimiento en general, la libertad de pensamiento y expresión, el reconocimiento de los derechos individuales y colectivos, la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, la separación de Iglesia y Estado, o el establecimiento de una democracia representativa.
Y a todos estos logros históricos se han opuesto y aún lo siguen haciendo, a veces con violencia, las Iglesias cristianas (o, al menos, la católica). Y esas son las únicas raíces en las que a mí me gusta reconocerme.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.