Novacaixagalicia pagó casi 30 millones para forzar la salida de cuatro exdirectivos

La cifra exacta es 29.838.406 euros. Son las pensiones e indemnizaciones que Novacaixagalicia consignó para compensar el despido de cuatro exdirectivos: José Luis Pego, Javier García de Paredes, Gregorio Gorriarán y Óscar Rodríguez Estrada. El primero, prejubilado a los 54 años, cobraba como director de la caja gallega fusionada 627.000 euros anuales. El director adjunto De Paredes, que recibió una indemnización de 5,5 millones además de 4,2 para su fondo de pensiones, declaró el 4 de octubre que iba a devolver 4,7 millones porque le parecía una cantidad "excesiva". Todavía no lo ha hecho. Las negociaciones para que sus tres compañeros devuelvan las primas se han estancado por la apertura de una investigación en la Fiscalía Anticorrupción.

Las cifras, conocidas ayer a través de un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, no incluyen los multimillonarios fondos de pensiones que ya tenían dotados previamente estos ejecutivos para disfrutar de un salario vitalicio. La entidad es una de las que ha sido nacionalizada por su bajo nivel de solvencia. El Estado controla el 93% del capital tras inyectar 3.600 millones de euros.

Ahora tiene dos caras nuevas al frente: José María Castellano, presidente, y César González Bueno, consejero delegado. En los primeros 48 días de trabajo han ingresado 186.507 euros por asistir a consejos. Son 2.000 euros más que lo percibido por los anteriores consejeros de la caja (22 personas) en nueve meses.NCG Banco, que aseguró en varias ocasiones que iba a practicar una política de total transparencia, no identifica cuál es el salario de sus dos máximos directivos ni su retribución variable. El nuevo Consejo, formado por ocho personas, tres de ellas designadas por el fondo de rescate, se embolsó en mes y medio 151.250 euros en concepto de dietas. Los créditos que tienen estas personas con la entidad, a 15 de noviembre, suman 18 millones de euros, sin que se haya facilitado información individualizada. Mientras, el presupuesto de la obra social peligra.