El humor necesita distancia
El gran payaso de culto Pierre Ètaix revela en Valencia su visión de lo cómico a partir de experiencias personales dolorosas
"No hay situaciones propiamente cómicas. Sólo hay situaciones con posibilidades que, quizá, sólo se descubren como tales con la distancia. Las cosas que personalmente más me han dolido las he sacado en escena. Cuando las vives es difícil verlas, pero cuando pasa el tiempo...". Pierre Ètaix (1928) tiene una mirada penetrante, habla de manera reflexiva y muestra una actitud y unos ademanes ajenos a cualquier histrionismo. De vez en cuando sonríe como pidiendo disculpas.
Podría no parecerlo, pero se trata de un gran payaso, que ha dedicado toda su vida a hacer reír a la gente en el cine, en el circo, en los dibujos. Un clown de culto que ha trabajado con realizadores como Jacques Tati (fue el autor del famoso cartel de la película Mi tío), Federico Fellini o Jerry Lewis, que lo definió así: "Dos veces en mi vida he comprendido lo que era el genio: la primera vez, mirando la definición en el diccionario; la segunda, al conocer a Pierre Ètaix".
La Filmoteca proyecta sus películas por fin restauradas
El Instituto Francés exhibe sus dibujos para Jacques Tati
Poeta bohemio, actor, realizador, guionista, ilustrador, gagman, el cómico francés ganó en 1962 un Óscar, junto al guionista Jean-Claude Carrière, por el corto Feliz aniversario, pero sus filmes no tuvieron gran repercusión entre público. "C'est la vie. Tampoco hay que estar lamiéndose las heridas porque nunca saldrías del pozo", apunta. No tuvieron éxito, porque, fundamentalmente, fueron secuestrados 20 años por un problema jurídico de propiedad.
Ahora, liberados y restaurados, se proyectan en un ciclo de la Filmoteca Valenciana hasta el 7 de enero. Sus dibujos y storyboards de sus películas se exhiben, a su vez, en el Instituto Francés de Valencia.
Ahora trabaja en un proyecto en el que refleja la sociedad actual. "La situación social es muy diferente de la nuestra. Nunca tuvimos tantos medios para comunicarnos y nunca nuestra comunicación ha sido tan desastrosa", comenta al tiempo que, con dos movimientos, imita a un usuario de móvil como corolario a sus palabras.
Habla con admiración de cineastas actuales como Kaurismaki, Kitano o Iosselliani y se intuye la influencia de Buster Keaton. No compara a éste con Chaplin, porque "están en las antípodas" y sería como comparar a Bach con Mozart, un "error". De Buñuel recuerda la dedicatoria que le estampó en un ejemplar de las memorias El último suspiro a su guionista y también colaborador de la autobiografía: "A Carrière, a quien se lo debo todo y no le debo nada". Ètaix vuelve a sonreír lo que dura un instante.
El que tarda en negar "esa idea clásica de que detrás del maquillaje del payaso" hay un poso de tristeza. "La literatura lo explota por su dramatismo, pero es sólo folclore", concluye. A lo que se dedica el payaso es a hacer reír, a proporcionar "ideas divertidas", porque atesora el "humor más puro". Palabra de genio.
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