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Crítica:DORMIR
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Aljibe ayurvédico

HOTEL V..., un agradable escondite en el centro de Vejer de la Frontera

Vejer con puntos suspensivos. Extraño nombre para un hotel esencial, lógico, amable. Sugiere misterio, prolongación, traspasar el umbral de lo corriente. Uve. Porque su propietaria es una norteamericana exquisita, CeCe Levy, que vive en Los Ángeles y hace negocios en Hollywood. Una píldora de suspense, otra de glamour, muchas páginas de eso que el viento se llevó y una terraza abierta al mar. Bueno..., al mar no; al mar solo los días despejados, a los tejados del pueblo la mayoría de los días. Llegar hasta ahí no resulta sencillo, lo cual es todavía más prometedor. Quizá porque Vejer de la Frontera ha sabido conservar su estructura urbana, su pintoresquismo de pueblo arábigo-andalusí. Y quizá también porque sus vecinos han impuesto la peatonalización del casco histórico, con que desistamos de enhebrar el coche en este dédalo de callejas medievales.

HOTEL V...

PUNTUACIÓN: 8

Categoría oficial: 4 estrellas. Dirección: Rosario, 11-13. Vejer de la Frontera, Cádiz. Teléfono: 956 45 17 57. Fax: 956 45 00 88. Internet: www.hotelv-vejer.com. Instalaciones: jardín, salón de estar, terraza, cafetería. Habitaciones: 11 dobles, 1 suite. Servicios: no dispone de habitaciones adaptadas para discapacitados, animales domésticos prohibidos, servicio de canguro. Precios: desde 139 euros, IVA incluido; desayuno a la carta opcional. Cierra: del 15 de enero al 1 de febrero.

Oliva Reyes es el alter ego de CeCe Levy. Suple con creces la ausencia de la dueña, sin que la norteamericana deje de hacerse notar un minuto durante toda la estancia. Enrocada en la mesa de recepción, todo el hotelito orbita en torno a ella. Primero, un piscolabis en el patio del siglo XVII; si es de noche, a la tenue luz de las estrellas. Después, la subida de escaleras con las maletas hasta la habitación. El diseñador Jean van Gysel le dio el toque transgresor, no necesariamente tributario de la morería significada por las antiguas cobijás, aquellas mujeres que tres décadas atrás aún se escondían del visitante con un pañuelo islámico en el rostro.

Ecos de jazz fluyen desde el salón. ¡Qué momentos! La señorita Reyes ajusta su volumen bajo los arcos del patio, tapizado de césped artificial, silente noche y día. Cole Porter, antes que nadie. Por una escalera de caracol en acero y cristal se descuelga la voz rota de Billie Holiday y quien solicite un masaje en el... spa sensorial, por llamarlo de alguna manera. Es un escondite de los sentidos que aprovecha el antiguo aljibe de la casa para acondicionarlo como sala privada de masajes ayurvédicos con solo una banqueta, un cubo y una palangana, una mesita de sahumerios y un par de lavabos.

Los detalles de mayor enjundia se alojan en las habitaciones, decoradas con coquetería por Van Gysel, especialmente la considerada superior, la número 3. En los baños, los cosméticos Karma transportan aromas de India. Agasajos a valorar tanto como su carta de aguas, con insipideces de Japón, Nueva Zelanda y la Antártida.

Terraza y habitación del hotel V... de Vejer de la Frontera (Cádiz), con interiorismo de Jean van Gysel.
Terraza y habitación del hotel V... de Vejer de la Frontera (Cádiz), con interiorismo de Jean van Gysel.

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