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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Madrid descose al Armani

El conjunto de Laso, liderado por Sergio Rodríguez, sella su pase

Faustino Sáez

Con más pausa que vértigo, sabiendo manejar los tiempos y aguantar el pulso, el Madrid selló su clasificación para el Top-16 de la Euroliga a costa del lujoso Armani de Scariolo, al borde de la eliminación.

Desde el salto inicial, el Milan se mostró atenazado por la responsabilidad. Los jugadores de Scariolo se movían en el alambre conscientes de que una derrota les condenaba y los madridistas comenzaron a jugar con su sistema nervioso. Dos robos del balón, tres buenas defensas y la pólvora de Rudy, repuesto de la lesión de rodilla sufrida ante el Charleroi, sirvieron al conjunto blanco para firmar un 0-9 en su contundente puesta en escena.

Era la última noche europea de Rudy e Ibaka y ambos se esmeraron en exhibir lo mejor de su repertorio. Triples, mates, tapones, alley-oops y algún arabesco impulsaban a los de Laso ante el desasosiego local. Sergio Rodríguez, excelso en la dirección y el tiro, y Mirotic, luciendo su buena mano y cerrando el rebote defensivo, secundaban la apuesta y eran argumentos suficientes para dominar sin forzar la máquina.

ARMANI MILAN 65- REAL MADRID 72

Armani Milan: Cook (8), Nicholas (11), Mancinelli (12), Fotsis (0) y Bourousis (10) -cinco inicial-; Giachetti (3), Hairston (8), Gallinari (13), Rocca (0), Melli (-), Viggiano (-) y Radosevic (-).

Real Madrid: Llull (0), Rudy (13), Suárez (3), Mirotic (11) y Tomic (10) -cinco inicial-; Sanz (-), Pocius (0), Reyes (0), Rodríguez (19), Begic (-), Carroll (9) e Ibaka (7).

Árbitros: Ziemblicki (POL), Jovcic, (SER) y Vojinovic (SER). Expulsado Hairston por faltas personales.

Mediolanunforum: 8.200 espectadores.

En su última noche europea, Rudy e Ibaka mostraron lo mejor de su repertorio

Solo el trabajo de Bourousis en la pintura y los puntos de Mancinelli sostenían al Armani. La pléyade de estrellas reunidas el pasado verano en Milán, en uno de los proyectos más ambiciosos, dista mucho de ser un bloque sólido y el esmoquin de Scariolo presentaba costurones en la defensa y el ataque.

Cook sufría para llevar la batuta. Con un aparatoso vendaje en la pierna derecha y una cojera conmovedora, el base estadounidense aplicaba un ritmo mortecino para evitar el zarandeo del contragolpe madridista. Gallinari, negado ante el aro, preparaba el equipaje rumbo a Denver y solo los arrebatos de Nicholas zurcían las diferencias. El público parecía asistir a una ópera y Scariolo no encontraba soluciones. Pero las pérdidas del balón, los discretos porcentajes de tiro y la desangelada tarde de Carroll impedían al Madrid tomar una distancia prudencial para gobernar el partido.

Acostumbrados al galope, los de Laso se desdibujaban por momentos con el trote que proponía el Milan. El impulso de la necesidad agitó a los locales en el último cuarto, amparados en los mejores minutos de Gallinari. El conjunto italiano dio una vuelta de tuerca en su intensidad defensiva y el marcador se apretó en los minutos del miedo (59-62 a 4m 20s del final). Pero, en su versión más sobria de la temporada, bajo el mando de Sergio Rodríguez, el Madrid mantuvo el pulso firme y selló su pase al Top-16.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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