El patriarca de los Jodorovich, condenado a 19 años de prisión
El clan controló el tráfico de armas y drogas hasta 2008
La Audiencia de Barcelona ha dictado duras penas de prisión para el clan de los Jodorovich, que dirigió el tráfico ilegal de drogas y armas en Barcelona desde su feudo de la Zona Franca. El patriarca de la familia, Aquilino Montero Jodorovich, ha sido condenado a 19 años y medio de cárcel, nueve más que sus dos hijos Manuel y Antonio. La sentencia considera probado que Aquilino -que no tiene antecedentes penales- dirigió la organización, que disponía de grandes cantidades de cocaína y de un arsenal cuando la policía lanzó el operativo en 2008.
Aquilino "dirige el tráfico ilícito y controla todos los negocios de la familia", que posee 19 empresas que, en realidad y salvo alguna excepción, "no efectúan actividad mercantil alguna", recoge la sentencia dictada por la Sección Séptima. El papel del patriarca se ha puesto de relieve, según el tribunal, por las "conversaciones telefónicas en las que habla con asesores y abogados".
La clave: las llamadas
El patriarca de los Jodorovich -un apellido que lleva casi cuatro décadas ligado al mundo del crimen organizado en Barcelona- afrontaba una petición de pena de 25 años de cárcel. El tribunal le ha condenado a 19 años y medio por dos delitos: contra la salud pública (12 años) y depósito de armas de guerra (siete). Tanto él como sus hijos se encontraban en situación de prisión provisional desde que fueron detenidos.
Las conversaciones por teléfono también han sido claves para condenar a Antonio y Manuel. Según los investigadores, eran los responsables de "realizar las adquisiciones de cocaína y hachís para su posterior distribución". Otro de los hijos, Simón, ha sido absuelto del delito de tráfico de drogas (aunque no del de armas) porque "aunque hay conversaciones incriminatorias", no son prueba suficiente.
Además de sus hijos, Aquilino tiene bajo su mando a una serie de personas que se encargan de distribuir la droga y de guardar las armas. De los 10 procesados en esta causa, nueve han sido condenados a distintas penas de prisión. A una de las mujeres que trabajaba para la organización repartiendo papelinas llegó a ordenarle, tras una redada de los Mossos d'Esquadra, que tenían que parar la actividad temporalmente.
Los miembros del clan se habían repartido con precisión las funciones. Otros dos condenados -Roberto Hernández y David Prat- se encargaban de transportar la droga hasta los almacenes, donde se guardaba y se dosificaba para la venta al por menor. La Audiencia de Barcelona les ha aplicado, igual que a otras dos mujeres, la atenuante de toxicomanía. Los cuatro han sido sentenciados a nueve años de prisión.
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