En Egipto, como en Argelia
Lo que está sucediendo en Egipto es una muestra más de cómo las ideologías se diluyen cuando se está frente al poder.
La gente se manifiesta contra unas elecciones que no responden a sus demandas y contra un ejército que ha secuestrado la revolución y que parece escribir un capítulo más en la historia de gobernantes militares del país. Los Hermanos Musulmanes, ante la más que inminente victoria en esas elecciones, no apoya a los manifestantes, haciendo uso de una doble moral que decepciona a aquellos que creemos que islam y democracia son compatibles.
Es esta una "alianza" tácita que, desgraciadamente, trae a la mente el recuerdo de Argelia. Aquellas elecciones de 1991 en las que el partido islamista FIS arrasó fueron el comienzo de una cruenta guerra civil, que más bien habría que llamar guerra contra los civiles.
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