Londres anuncia un plan de ayudas de 23.000 millones
Después del draconiano plan de ajustes aplicado por el primer ministro David Cameron, llega la marcha atrás: de nuevo los estímulos. El Gobierno británico anunció ayer que tiene previsto presentar un plan de ayudas centrado en financiar préstamos bancarios a pequeños negocios por un valor inicial de 20.000 millones de libras (23.000 millones de euros), que podría llegar a duplicarse, con la finalidad de impulsar el crecimiento económico. El ministro de Finanzas, George Osborne, aseguró que mañana martes presentará ese programa de "alivio crediticio" en el Parlamento.
El objetivo es ayudar a las pequeñas y medianas empresas para tratar de evitar que la economía británica vuelva a entrar en recesión. El Ejecutivo de David Cameron proporcionará una garantía a los bancos y a su vez las entidades financieras estarán obligadas a fijar tipos de interés baratos en los créditos a las pequeñas y medianas empresas. Una empresa que pida un crédito de 5 millones con un tipo de interés del 5% obtendrá una rebaja de intereses, hasta alcanzar tipos del 4%, ahorrándose 50.000 libras al año. Osborne afirmó que el Ejecutivo británico no abandonará lo que llamó su "plan A" para reducir el déficit, pero a diferencia de la UE, donde la austeridad sigue siendo la única receta, dijo que para reactivar el crecimiento son necesarias otras medidas.
Críticas del laborismo
"Necesitamos también sentar las bases del éxito económico en el futuro", dijo. El Ejecutivo conservador confía en poner en marcha el citado proyecto de alivio crediticio antes del comienzo del 2012 y previsiblemente estará operativo durante los próximos dos años. El Partido Laborista advirtió, sin embargo, que ese programa de ayudas financieras no impulsará el crecimiento económico del país por sí solo. "El acceso al crédito en sí mismo no restaurará la confianza de los negocios para invertir. El país necesita con urgencia un plan de crecimiento y empleo", indicó el responsable de economía del Partido Laborista, Ed Balls.
También está previsto que Osborne anuncie esta semana un incremento del 6,2% en las tarifas reguladas de ferrocarril, en lugar del 8,2% previsto. Ese límite al precio de los billetes también se aplicará al metro de Londres y a las tarifas de autobús de la capital y tendrá un coste para el Tesoro de 300 millones de libras (349 millones de euros) en los próximos tres años.
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