Autocrítica
En varias ocasiones Griñán habló ante los suyos de derrota a la hora de referirse a los resultados cosechados el pasado 20-N. Fracaso electoral que debe digerirse cuanto antes para prepararse así ante el gran reto que queda por resolver como es el de las próximas elecciones andaluzas. Hay, por tanto, poco margen para reaccionar, de ahí que advierta con insistencia que ya se acabó el luto. Tienen que ponerse a trabajar de inmediato y bajo el manto de la unidad y la cohesión interna si las quieren afrontar con ciertas garantías de éxito. En todo caso, es inevitable la referencia a la tarea orgánica que les queda por delante, un proceso de "profunda reflexión" que ha de combinar autocrítica y rigor, según se precisa en el manifiesto suscrito ayer. Y eso sí, todo bajo el liderazgo de Griñán, tal y como queda fijado en dicho escrito con el que se quiere levantar acta del cierre de filas al que están obligados.
Es tanta la necesidad imperiosa de lograr la cohesión interna que hasta el mismo Chaves dio el paso atrás que le requerían en San Vicente y señalaba que formaba parte del mismo proyecto político de Griñán por lo que en él no van a encontrar obstáculo alguno. Así aclaraba las dudas después de que días atrás se postulase para presidir, de nuevo, el PSOE. Un planteamiento que apenas ha encontrado eco en la actual dirección hasta el punto de que se abren otras posibilidades como la de Alfonso Guerra, tan mimado ahora por nuevos rectores del socialismo andaluz. No deja de ser éste un triste episodio que habla a las claras de la nula sintonía existente entre Griñán y Chaves.
Y en ese tránsito hacia lo que nos queda, nos encontramos, otra vez, con la misma piedra de las encuestas que se han convertido en un factor más de combate electoral. Esta semana esperamos el Barómetro del IESA. Su director Eduardo Moyano no espera que se produzcan grandes cambios en las andaluzas con respecto a las generales en donde el PP superó al PSOE en 9 puntos. Lo que para unos, extrapolando, es una clara mayoría absoluta, para otros significa que hay partido. Desde un lado se confía en que en las autonómicas siempre se produce un incremento del voto popular y, desde el otro, en un aglutinamiento del voto que evite la fatal dispersión de apoyos que hizo que se evaporasen más de setecientas mil solo aquí en Andalucía.
Pero, aunque no guste nada a los socialistas esta hipótesis, en el análisis hay que abrir hueco, también, al papel significativo que están llamados a jugar tanto IU como UPyD. El embrollo en la FAMP ha disparado, de nuevo, las dudas en el PSOE sobre la disponibilidad de acuerdos con IU.
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