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Pakistán exige a EE UU el cierre de una base aérea tras la muerte de 28 soldados

La OTAN investiga el ataque con helicópteros procedentes de Afganistán

El que está resultando el año más negro para las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán ha añadido otra cuenta al rosario de desconfianzas mutuas con la muerte de 28 soldados paquistaníes en un ataque de helicópteros de la OTAN a un puesto fronterizo entre Pakistán y Afganistán. El general John Allen, jefe de la Fuerza Internacional de Asistencia y Seguridad para Afganistán (ISAF, dirigida por la OTAN) expresó ayer con rapidez a Islamabad su pesar por lo ocurrido. El primer ministro paquistaní, Yusuf Raza Gilani, habló de ataque "inaceptable" y de "violación de la soberanía nacional"; otras fuentes gubernamentales pronosticaban "serias consecuencias para la cooperación con la OTAN". De inmediato Pakistán cerró los puestos fronterizos por los que ISAF recibe la mitad de sus aprovisionamientos. Además, ha dado 15 días de plazo a Washington para desalojar la base aérea de Shamsi, en la provincia de Baluchistán, y ha convocado al embajador estadounidense para expresarle su protesta formal, informa Efe.

Islamabad cierra la frontera por la que se aprovisiona la OTAN en Afganistán
Algunos analistas ven que Islamabad y Washington van a una vía de choque

La OTAN ha abierto una investigación sobre lo sucedido, pero al contrario que en otras oportunidades esta vez ha sido rauda en considerar "altamente probable" que sus aparatos causaran las muertes y otros 11 heridos. ISAF explicó que el incidente se debió tal vez a un problema de comunicación. Aunque formalmente de ISAF, ese tipo de operaciones sobre la frontera mal delimitada y extremamente porosa entre Pakistán y Afganistán -ideal para las operaciones y golpes de mano de los talibanes, que en Pakistán cuentan también con áreas de refugio- las desarrollan soldados de EE UU, por lo que el incidente no dejará de profundizar la sima de desconfianza entre Washington e Islamabad.

El ataque es el peor en la década que dura la guerra lanzada contra los talibanes a partir del 11-S, convertida luego en guerra contra el terrorismo y contra Al Qaeda. Tiene la singularidad de culminar un año particularmente difícil en las relaciones bilaterales, que vivió su cénit el pasado mes de mayo, cuando un comando estadounidense tomó al asalto la residencia de Osama bin Laden en Abbottabad y mató al líder de Al Qaeda, que había vivido allí durante años. Aquella acción ya hizo sacar a ambas partes los cuchillos verbales en un 2011 que también ha visto el encarcelamiento en Pakistán de personal de la CIA y numerosos y mortíferos ataques con aviones no tripulados de EE UU sobre objetivos talibanes en Pakistán.

La gran objeción de Washington es que Pakistán tiene un doble juego con respecto a los talibanes y sus asociados. Hace apenas un mes, Hillary Clinton, la secretaria de Estado norteamericana, declaró en Islamabad que "está probado" que en el Ejército paquistaní hay quienes colaboran con los islamistas y que "en Pakistán hay refugios desde donde se planifican y dirigen ataques" contra las fuerzas de EE UU y de Afganistán al otro lado de la frontera.

Algunos analistas en Washington exponen la tesis de que hay que aplicar una política de contención para con Pakistán y que ambos países están en una vía de inexorable choque. Esta misma semana el embajador paquistaní en Washington fue destituido al trascender que a raíz de la operación de Abbottabad pidió a la Administración de Barack Obama que impidiera un enésimo golpe militar en Pakistán que sería la respuesta de los generales a un Gobierno que había permitido la violación de su integridad territorial por EE UU.

Los analistas mantienen que Islamabad apoya las actividades desestabilizadoras en Afganistán porque quiere un vecino débil. Afganistán responde buscando protección en la amistad con India, con la que ha suscrito un acuerdo estratégico para frustración de un Pakistán que ve en ello un enésimo intento de su histórico enemigo indio de ahogarle con una pinza a ambos lados de la frontera.

Pakistán ya cerró en 2009 durante 10 días por un incidente menor los pasos fronterizos por los que se aprovisiona la ISAF.

Estudiantes islamistas paquistaníes queman neumáticos y gritan contra la OTAN ayer en Lahore.
Estudiantes islamistas paquistaníes queman neumáticos y gritan contra la OTAN ayer en Lahore.ARIF ALI (AFP)

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